España en la historia

Identidad y misión

 Bienvenido Gazapo Andrade

Bienvenido Gazapo Andrade

1. La romanización, primera hispanización

España en la historia

Procedentes de la península Itálica, los romanos construyeron la más importante “macroforma” política de la antigüedad, dominando y organizando el territorio europeo desde los ríos Rin y Danubio y Mar del Norte hasta los desiertos de Sahara y de Arabia, y desde el Finisterre hasta Mesopotamia.

La llegada de los romanos a Hispania comenzó como un enfrentamiento militar entre dos potencias que se disputaban el Mediterráneo occidental: Cartago y Roma (Guerras Púnicas = cartaginesas). Esto fue debido a la importancia estratégica de la Península y a sus riquezas naturales. Dominar Hispania le costó a Roma dos siglos (218 - 19 a. C).

Un elemento fundamental de romanización fue la creación de ciudades (civitates) a partir de los campamentos romanos. A imitación de la Urbs (Roma) fueron enriqueciéndose con todo tipo de monumentos, obras públicas, lugares de ocio y recreo, etc.

Desde este momento, Hispania pasó a formar parte de una superestructura política y administrativa colosal, que englobaba las actuales España, Francia, Italia, zonas del sur de Alemania, todos los estados balcánicos (Serbia, Bosnia, Eslovenia, etc.) y Grecia, gran parte de la actual Turquía, parte de las actuales Siria, Líbano, Israel y Palestina, norte de Egipto, Libia y norte de Túnez actual. Estos territorios estaban administrados por ciudades nuevas como elementos rectores del territorio y de la sociedad. Los indígenas españoles, como todos los del Imperio, fueron asimilando la cultura y formas de vida romana. A este fenómeno lo llamamos romanización.

Un elemento fundamental de romanización fue la creación de ciudades (civitates) a partir de los campamentos romanos. A imitación de la Urbs (Roma) fueron enriqueciéndose con todo tipo de monumentos, obras públicas, lugares de ocio y recreo, etc.: grandes mansiones; teatros, como los de Mérida, Tarragona, Itálica; circos en Mérida e Itálica; arcos de triunfo conmemorativos de victorias militares, como los de Tarragona y Alcántara; acueductos para transportar el agua a las ciudades, como los de Segovia y Mérida. Casi todas las ciudades importantes españolas fueron ciudades romanas: Emerita Augusta, Segovia, Tarraco, Lucus Augusti, Carthago Nova, Segobriga, Baelo Claudia, Caesar Augusta, Legio, Corduba, Toletum, Norba, Hispalis, etc.

Estas ciudades fueron enlazadas entre ellas por una importante red de caminos, primeras “autopistas” del momento. Fueron las llamadas calzadas romanas. Por ellas transitaban con gran rapidez los ejércitos, las noticias, el comercio… y se rompió el aislamiento impresionante de nuestras gentes. En España fueron importantes dos: La Vía de la Plata (que conducía desde Itálica hasta La Coruña) y la Vía Augusta, que venía desde Galia hasta Hispalis (Sevilla).

Pero las ciudades romanas no eran solamente lugares físicos donde vivía la gente, sino verdaderas organizaciones sociales y administrativas a imagen de Roma, donde habitaban hombres libres y esclavos. Los primeros eran sujetos de derechos, los segundos, no. Dentro de los hombres libres, el orden social más importante era el senatorial, formado por grandes propietarios, que normalmente ejercían el máximo poder político central. Algunos de los emperadores más importantes de Roma fueron españoles. Dos sevillanos Trajano, Adriano (Italica) y un segoviano de Coca, Teodosio.

La Hispania prerromana era un conjunto de pueblos en absoluto coherentes entre sí. La Hispania romana fue parte de un conjunto homogéneo. Los hispanos fueron una “variedad” de los romanos, pues participaron en los destinos de Roma tanto en suelo hispano (guerra civil de César-Pompeyo) como en Roma misma.

Al formar parte de una estructura política superior, Hispania tuvo que adoptar la lengua latina y el Derecho romano: Esto quiere decir que todos los hombres del imperio (y por tanto de Hispania) hablaban la misma lengua (una lingua) y se regían por las mismas leyes (una lex). La lengua latina se convirtió en vehículo de fusión y de homogeneización del pensamiento en toda la inmensidad territorial del Imperio. Esto fue decisivo en el proceso de cohesión interna de Hispania.

Roma, a través de la lengua, transmitió la cultura clásica ―grecorromana llamamos― por toda la geografía de la futura Europa, mediante la literatura, la filosofía, la oratoria, etc. Destacan grandes personajes hispanos: Séneca, filósofo estoico. Lucano, poeta. Marcial, gran crítico social a través de sus Epigramas.

La primera unificación humana de España es consecuencia de su romanización… La romanización no fue una mera ocupación o conquista, sino una penetración profunda lingüística, administrativa, política, etc. La Hispania prerromana era un conjunto de pueblos en absoluto coherentes entre sí. La Hispania romana fue parte de un conjunto homogéneo. Los hispanos fueron una “variedad” de los romanos, pues participaron en los destinos de Roma tanto en suelo hispano (guerra civil de César-Pompeyo) como en Roma misma. Adquirieron los mismos derechos, vivieron en los mismos municipios, hablaron la misma lengua y marcaron pautas de comportamiento en el Imperio: Séneca, Lucano, Marcial, Quintiliano, Trajano, Adriano, Teodosio, Osio, Prisciliano… También eran muy cotizadas las puellae gaditanae por sus bailes lascivos que terminó prohibiendo el emperador Teodosio.

Representación de una danza de las puellae gaditanae en el teatro de Mérida Representación de una danza de las puellae gaditanae en el teatro de Mérida
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