¿Qué sería yo?

Carmen Hernández Rivero

¿Qué sería yo
sin de Hércules sus columnas
sin el fuego de Vulcano
desgarrado por su infiel esposa
en la fragua ardiente del dolor?

Fuego incandescente de un Hefesto
atrapado en la diosa adúltera
de la insaciable Leyenda Negra

¿Qué sería yo
sin la fragua arcaica de Vulcano
forja de armas de la antigua Hispania
herrería de las almas primigenias
y sin Diego Velázquez en su templada fragua?

¿Qué sería yo
sin las damas de Elche
sin las bailarinas de Cádiz
y sin el Guadalquivir?

Cuerpos que forjan las danzas
que fascinan y encandilan Roma
elegancia y pureza de la base hispana
en arranque de soleares y bulerías.

¿Qué sería yo
sin mi puente de Alcántara
y mi arco de Trajano
la conversión de Recaredo
y Alfonso décimo el sabio.
Sin la Mezquita de Córdoba
y sin la Alhambra de Granada?

¿Qué sería yo
sin Altamira y el Ebro
sin el paso de este río
por el Pilar en silencio,
sin Santiago en el camino
de las estrellas del campo?

¿Qué podría ser yo
sin Palencia y Salamanca
sin cabalgar por las aguas
que surjan las carabelas
sin América y sus casas?

Damas de Elche, bailarinas gaditanas
joyas de un ardor que me templa el alma.

Y ¿Qué podría ser yo
sin Isabel de Castilla,
sin Teresa y Juan de Ávila,
sin la mística y San Ignacio
y sin Don Quijote y Sancho?

Atapuerca y Covarrubias
nombres, como Miraflores,
sonoros y aromáticos.

Soy del norte y soy del sur
y desde el oriente vengo
y de Elche y soy su dama.

Soy católica y española
y mis pasos en camino
y mi mirada a lo alto.

Desde Sevilla a Toledo
Isidoro, Alfonso el Sabio,
Goya y los afrancesados,
la tradición y la Cruz.

Soy católica y española
y mis pasos en camino
y mi mirada a lo alto.

Pero ¿quién soy yo
para condensar en cuatro páginas
el esplendor y la gloria
de aquellos antepasados?

Luces y sombras, bailes y descubrimientos
e impulsos de recuperación de la tierra andada.

No me olvido de Maimónides,
Averroes y Avicena
y nuestro Cid Campeador
por las tierras de Castilla

¿Cómo me atrevo?
y si me canto vale algo
es porque me lo dicta el Santo.

Soy católica y española
y mis pasos en camino
y mi mirada a lo alto.

Y hoy la gran pregunta
en la que inmersa está España.
Y no quisiera olvidarme
de monasterios y conventos
ermitas y catedrales.

Soy católica y española
y mi manjar la esperanza
y mis pasos en camino
y mi mirada…

la senda de las estrellas
capitanea la nave de la esperanza.

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