La “duda hispánica”

¿Quién se imagina que un emperador o una gran potencia mundial -la mayor de hecho-, ante determinadas dudas morales sobre la legitimidad de su avance por los territorios que hacen crecer su dominio y grandeza, decida suspender la empresa, estando dispuesto a renunciar a tal expansión si se muestra su ilegitimidad?

El emperador no solo se preocupaba por los justos títulos en sí. Era también consciente de que estaba en juego la salvación de su propia alma al verse como responsable ante los ojos de Dios.

Tal fue la crisis de conciencia que asaltó a Carlos V sobre la legitimidad de la conquista de América y de su soberanía en dichos territorios. ¿Tenía derecho a hacer la guerra al indio, a su trata y explotación? Para salir de tales dudas, planteó consulta a las mentes más preclaras de la época tanto en teología moral como en derecho.

Julio de 1549. Carlos V, tras un informe del Consejo de Indias, decidió interrumpir las expediciones de exploración y conquista en vista de que “los peligros tocantes a lo corporal y a lo espiritual de los indios, que llevaban consigo las conquistas, eran tan grandes, que ninguna nueva expedición debía ser autorizada sin el permiso expreso del Consejo”. El emperador no solo se preocupaba por los justos títulos en sí. Era también consciente de que estaba en juego la salvación de su propia alma al verse como responsable ante los ojos de Dios.

Colegio de san Gregorio
Colegio de san Gregorio.
Universidad y Sede de la Junta de Valladolid

Así pues, Carlos convocó en 1551 unas Juntas en Valladolid en las que participarían los más importantes juristas y teólogos de la Escuela de Salamanca. La controversia de Valladolid, además de sentenciar una vez más que los indios no eran seres inferiores, planteó la cuestión fundamental sobre si el fin justifica los medios. Al menos los españoles tuvieron conciencia suficiente como para cuestionárselo, a diferencia de otras potencias coloniales... La conquista de Filipinas en 1565 sería mucho más pacífica y respetuosa con los indígenas. En 1573 Felipe II promulgó la Real Ordenanza sobre cómo debía procederse a la conquista y colonización, que en gran medida hizo suyas las tesis de la Escuela de Salamanca.

Octavio Paz declara su admiración por un episodio que no ha ocurrido “nunca jamás en el mundo” como es el planteamiento global de una duda moral al respecto: “Los reyes podían equivocarse, cometer barbaridades y muchos españoles lo hicieron. Pero por eso se hicieron las leyes de Indias. El emperador no es que fuera un santo, pero se planteó si se estaba haciendo algo mal en América, lo interrumpió y pensó lo que tenían que hacer, si realmente tenían derecho de estar allí. España era muy superior éticamente. Nunca nadie hizo eso en la historia de la humanidad.”

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