Un Siglo de Oro
José Ramón Ayllón
dar la vida y el alma a un desengaño;
esto es amor, quien lo probó lo sabe.
Lope de Vega
Algo bulle, hormiguea, hierve y ruge en los españoles de los siglos XVI y XVII. Ese algo es la vida en toda su pujanza. Una vida transfigurada por un espíritu que se encarna maravillosamente en la pintura, en la escultura, en la arquitectura, en la música y en la palabra escrita. Plenitud de vida que alimenta tres pasiones: la pasión intelectual, la pasión religiosa y la pasión estética.
Estamos hablando del Siglo de Oro, expresión que se aplica por antonomasia a España y se ciñe a su literatura, centrada en asuntos tan interesantes como atractivos:
- La inagotable polifonía del amor
- El amor a la vida y el dolor por su fugacidad
- El horizonte inevitable de la muerte
- La vida como servicio a Dios y al rey
- La pasión por la libertad
- El mundo hermoseado por su Creador
- La pasión por el lenguaje
La mejor cosecha de escritores en lengua castellana gana merecidamente para su época la denominación Siglo de Oro, aunque se extiende durante casi dos centurias, entre la aparición de La Celestina (1499) y la desaparición de Calderón (1681). Nunca un siglo duró tanto. Si la civilización occidental ha producido las magníficas literaturas europeas y americanas, entre todas ellas la mayor demostración y acumulación de talento literario tiene lugar en la España del Renacimiento y del Barroco. Un alarde protagonizado por diez escritores portentosos, que ordenados según sus años de nacimiento quedan registrados así:
- Fernando de Rojas (1465-1541)
- Garcilaso de la Vega (1501-1536)
- Fray Luis de León (1527-1591)
- San Juan de la Cruz (1542-1591)
- Miguel de Cervantes (1547-1616)
- Luis de Góngora (1561-1627)
- Lope de Vega (1562-1635)
- Tirso de Molina (1579-1648)
- Quevedo (1580-1645)
- Calderón de la Barca (1600-1681)
Se trata de una decena de intelectuales en el amplio sentido de la palabra, formados en las aulas y en las artes liberales de Salamanca, Valladolid y Alcalá. Su amplia cultura, al ser universitaria, es grecorromana y cristiana. Conocen a Homero de memoria; imitan perfectamente a Horacio; han estudiado el teatro de Terencio; han leído a Platón y Aristóteles, a Séneca y Cicerón, a San Agustín y a los Padres; meditan a diario la Biblia…




