Sólo se ve bien con el corazón
Leyendo El Principito de
A. SAINT-EXUPÈRY
Andrés Jiménez Abad

¿SER "COMO TODOS"?
El argumento parte de una reflexión retrospectiva del narrador sobre su propia infancia, en la que la mirada asombrada y en apariencia ingenua del niño contrasta con la mentalidad utilitarista y pragmática de las personas mayores entre las que finalmente ha terminado por incluirse.
Arranca el capitulo primero con una especie de confidencia: un adulto recuerda que en su infancia, impresionado por la lectura de un libro sobre la vida salvaje, dibujó un elefante engullido por una serpiente boa. Visto “desde fuera”, y sin averiguar los motivos que llevaron al niño a realizar su dibujo, a las personas mayores les parecía un sombrero…
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El niño que quería mostrar lo que le había asombrado en sus lecturas es sermoneado para que se deje de sueños y de tonterías y vaya a lo práctico; que sea como los demás, que se dedique a estudiar materias útiles y a hacer cosas rentables...
Pero ante lo que podría haberse considerado una “adecuada socialización” del niño, una “integración en el mundo real y realista” en el que ante todo hay que ser eficaces; ante una forma de vida tan “razonable” en apariencia, el narrador confiesa, a continuación, en el comienzo del capítulo segundo:
“Viví así, solo, sin nadie con quien hablar verdaderamente".
Tal vez una existencia convencional y aburguesada no es capaz de satisfacer las ansias humanas de felicidad y tras ella sólo existe una cosa: el vacío.