Sagrada Familia
Una luz para la esperanza

José Manuel Almuzara
Arquitecto, colegiado en el COAC-Barcelona. Gaudinólogo.
Presidente de la Asociación pro beatificación de Antoni Gaudí desde 1992.
Embajador del Proyecto de Gaudí para Rancagua, Chile
www.gaudichile.cl
Miembro del Comité Científico, Congreso Mundial Gaudí en 2014, 2016 y 2018.
Secretario y vicepresidente de la Asociación Amics de Gaudí de 2007 a 2015.
Vocal de la Junta del Centro Gaudí Madrid de 2011 a 2024.
centrogaudimadrid@gmail.com
Colaborador en The Gaudí Research Institute, recinto industrial de la Colonia Güell, desde 2014.
www.tgaudiri.org

El 8 de diciembre de 2021 alumbró una estrella en la Basílica de la Sagrada Familia de Barcelona. El remate de la torre dedicada a la Virgen se finalizaba con la estrella y se sumaba a las otras ya terminadas, ocho dedicadas a los Apóstoles (cuatro en la fachada del Nacimiento y cuatro en la fachada de la Pasión). Una noticia que dio la vuelta al mundo y que, desde el primer momento, me hizo pensar en Gaudí y su genialidad, especialmente en lo simbólico. Y es que el “arquitecto genial y cristiano consecuente” (Nota 1), siempre nos enseña y “no con palabras sino con piedras, trazos, planos y cumbres” (Nota 2).
En las circunstancias en las que vivimos, con sufrimientos y desgracias, con planes y proyectos suspendidos o aplazados, surge una estrella que ha supuesto y supone una luz de esperanza, para Barcelona y para todo el mundo. Y qué mejor que a través de la Virgen Maria, uno de los tres grandes amores de Gaudí, junto a la Cruz y a la Eucarística, según mi parecer.
Este hecho generó una nueva esperanza, terminar las cuatro torres dedicadas a los evangelistas. Y así fue, en los años 2022 y 2023 se inauguraron las torres dedicadas a san Lucas, san Marcos, san Juan y san Mateo, de 135 metros de altura cada una, y si la situación sigue evolucionando positivamente, está prevista la inauguración de la torre de Jesucristo en el año 2026, en el centenario del fallecimiento de Gaudí, y siempre en función del progreso de la previsión de visitantes.
Queda pendiente la total limpieza de la fachada del Nacimiento (obra de Gaudí y Patrimonio de la Humanidad declarado por la Unesco en el año 2005).
Desde hace unos meses, se ha trabajado en el proyecto y posterior ejecución de la fachada de la Gloria, la fachada principal (obra cuyo objetivo es finalizar alrededor del año 2033). En dicho estudio han intervenido arquitectos y teólogos; consultando a diversos escultores sobre cómo llevar a cabo la interpretación escultórica. Una decisión muy importante, como todas las que se llevan a cabo en la Sagrada Familia, y que, en mi opinión, deberían ajustarse al fin por el cual se construye el Templo expiatorio de la Sagrada Familia, y así consta en el Acta de la primera piedra de 19 de marzo de 1882.

Otro motivo de esperanza. Las obras, iniciadas hace unos meses, para la ejecución de la capilla de la Asunción de la Virgen, en la parte posterior del ábside de la Sagrada Familia (calle Provenza), justo detrás de la torre dedicada a la Virgen y en el centro del tramo del claustro que corresponde a su parte posterior, en su ala norte.
Gaudí autorizó construir una iglesia similar en Rancagua (Chile) al franciscano fray Angélico Aranda, como así lo atestiguan dos cartas de 1922 (una de fecha 15 de agosto de fray Angélico a Gaudí, y otra de fecha 12 de octubre de Gaudí a fray Angélico) y unos croquis enviados por el arquitecto a fray Angélico, del modelo que Gaudí pensaba construir en Barcelona.
Según relata el arquitecto, discípulo de Gaudí, Isidre Puig Boada (1891-1987), Gaudí indicó al secretario de la Junta Constructora, Juan Martí Matlleu, que en la carta a enviar a fray Angélico constaran estas consideraciones sobre la capilla:
“Era necesario que hubiese en el templo un lugar preferente para la Virgen María; no podemos dedicarle el centro de la cripta porque va en ella el facsímil de la santa Casa de Nazareth; el ábside, exteriormente, va dedicado a la Virgen; pero, interiormente, contiene el altar con Jesucristo. Por esto le consagramos esta capilla centrada en el ala norte del claustro” (Nota 3).

¿La Esperanza para Gaudí? La mirada vertical
Aprendí de mi amigo arquitecto Gabriel Córdoba Rodríguez, doctor en Teología, sacerdote idente, autor de “La fragancia del ser de las cosas. La concepción artístico-teológica de Antoni Gaudí en la Basílica de la Sagrada Familia” publicada en 2020, a mirar en vertical en la obra magna de Gaudí, la Sagrada Familia. Y así lo hice, hago y transmito.
Gaudí elige los conjuntos escultóricos relacionándolos previamente con su contenido teológico:
1. La Esperanza en una mujer
La Cripta de la Sagrada Familia (Patrimonio de la Humanidad declarado por la Unesco en 2005) tiene como clave el grupo escultórico el “SÍ DE MARÍA”, (la Anunciación de la Encarnación ante el Arcángel Gabriel y el Espíritu Santo en forma de paloma; la Iglesia se construye a partir de ese sí). Ahora, muchos años después, relacionamos la clave con la estrella sita en el final de la torre dedicada a Maria, y, sí, increíble, ambas, el SÍ y la ESTRELLA, se encuentran en la vertical, principio y fin. Creo que Gaudí, a través de la arquitectura, une lo humano y lo divino, la tierra y el cielo.


2. La Esperanza en la fachada del Nacimiento
En una mirada vertical por el Portal de la Esperanza de la fachada del Nacimiento, descubrimos los grupos escultóricos de la Huida a Egipto, la matanza de los Inocentes, Jesús niño preguntando a san José, los abuelos Joaquín y Ana, los desposorios de la Virgen y José, y en la parte superior, rematando el Portal, San José gobernando la barca de la Iglesia y la roca de Montserrat “el Cavall Bernat” con la inscripción SAL-VA-NOS.
De unas descripciones escultóricas para el posible desánimo, para la desesperanza (huida, muerte, tristeza, desaliento, ruptura), Gaudí lo remata con signos de Esperanza, resaltando los abuelos, el matrimonio, María (sálvanos) y san José (Patrón de la Iglesia).

3. La Esperanza en la fachada de la Pasión según Gaudí
Dijo Gaudí que “el gusto personal de los arquitectos que me sucederán influirá en la obra, pero esto no me sabe mal: pienso que aun beneficiará al Templo. Marcará la variedad de los tiempos dentro de la unidad del plan general” (Nota 4).
Y así ha sido, algunos artistas han acertado en completar partes de la Sagrada Familia sin diseño previo de Gaudí (a modo de ejemplo, las puertas de la fachada del Nacimiento, diseño y obra del escultor Etsuro Sotoo); y, sin embargo, ante la decisión de realizar los grupos escultóricos de la fachada de la Pasión, la Junta Constructora de entonces, permitió al escultor encargado “romper la unidad del plan general” en aras a cumplir con las condiciones del artista seleccionado. Y eso que Gaudí dijo:
“La actual fachada de la Pasión la proyecté en el dolor, en 1911, cuando estaba enfermo en Puigcerdá, donde llegué a tal gravedad que, al ponerme en el baño, oí a una de las personas que me sostenían decir en voz baja:” Ha muerto”. La convalecencia fue larga; tenía como enfermero a un religioso camilo castellano, paisano de san Juan de la Cruz, cuyas obras me iba leyendo. La poesía del santo, el religioso la leía tan bien que no sólo me consolaba, sino que iba aupando mi espíritu para que continuase meditando sobre el portal de la Pasión, que finalmente dibujé sobre el papel. Como que la convalecencia fue larga, tuve tiempo para estudiar y meditar el citado portal” (Nota 5).

4. ¿Y ahora? Esperanza en la fachada de la Gloria
Decía Juan Matamala Flotats en su libro Mi itinerario con el arquitecto:
“Gaudí se entregaba al cometido de esta fachada (de la Gloria) todas las mañanas, después de oír misa y recibir la eucaristía. Ni una sola línea subsiste de los años de su primer proyecto, pero el que ahora realiza –ideado, como el de la Pasión, durante su estancia en Puigcerdá- lo hace en una mesa que parecía de un predicador en las vísperas de un sermón, pues estaba abarrotada de libros sagrados, de libros de liturgia y de obras de los Santos padres, en los que buscaba su inspiración de fondo. Plasmará así la idea tan importante en San Pablo de la “gloria de Dios”, según la sentencia del salmista: “los cielos proclaman la gloria de Dios y el firmamento anuncia la obra de sus manos”. Una catarata de símbolos se hermana en este testimonium Gloriae del artista, que es la culminación de su personal reflexión religiosa, como lo es de su vida de arquitecto” (Nota 6).

La fachada de la Gloria refleja la singular vida religiosa de Gaudí, y su conocimiento del Nuevo Testamento, -nuestro arquitecto manifiesta siempre una especial atracción por el Apocalipsis-, y del Magisterio de la Iglesia. La fachada de la Gloria es una guía de la espiritualidad cristiana, que, desde el sótano hasta las cumbres de las torres, nos va indicando un ascenso personal en la relación con Dios Trinidad a través de la historia de la salvación narrada en el Antiguo testamento y en el Nuevo testamento (Nota 7).
En resumen, los estudios y avances recientes, este año jubilar de la esperanza, la proximidad de que el Venerable Antoni Gaudí sea declarado Beato, me suscita “pensar, practicar y predicar” que la obra de la Sagrada Familia nos alegra, atrae e impacta, convierte, y me hace pensar que, por encima del criterio de los arquitectos, escultores y artistas, lo más importante es:
“Recordar, sobre todo, al que fue alma y artífice de este proyecto: a Antoni Gaudí, arquitecto genial y cristiano consecuente, con la antorcha de su fe ardiendo hasta el término de su vida, vivida en dignidad y austeridad absoluta… Él mismo, abriendo así su espíritu a Dios ha sido capaz de crear en esta ciudad un espacio de belleza, de fe y de esperanza, que lleva al hombre al encuentro con quien es la Verdad y la Belleza misma. Así expresaba el arquitecto sus sentimientos: “Un templo es la única cosa digna de representar el sentir de un pueblo, ya que la religión es la cosa más elevada en el hombre”. (Nota 8)
De esta manera, sabremos decidir con el espíritu y el método de Gaudí, no quedándonos en meros aspectos arquitectónicos, sino descubriendo la síntesis; como tan bien nos lo dejó escrito el arquitecto, discípulo de Gaudí, Isidre Puig Boada en su libro “El Templo de la Sagrada Familia. Síntesis del arte de Gaudí”.
“Jesús, María y José, alcanzadnos la paz y proteged a la familia”.
NOTAS
1.- Benedicto XVI, Homilía en la consagración del Templo expiatorio de la Sagrada Familia de Barcelona, 7 de noviembre de 2010. En https://www.vatican.va/content/benedict-xvi/es/homilies/2010/documents/hf_ben-xvi_hom_20101107_barcelona.html.
2.- Ibidem.
3.- Isidre Puig Boada, El Templo de la Sagrada Familia. Síntesis del arte de Gaudí, pp. 107-108. Barcelona: Edición Facsímil, Omega, SA. 2011.
4.- César Martinell i Brunet, Gaudí i la Sagrada Familia, comentada per ell mateix”. Barcelona: Ayma, SL. 1951.
5.- Isidre Puig Boada, El templo de la Sagrada Familia. Barcelona, Ediciones de Nuevo Arte Thor, 1982, pág. 150.
6.- Juan Matamala Flotats, Mi itinerario con el arquitecto, p. 293. Barcelona: Editorial Claret.
7.- Gabriel Córdoba Rodriguez, “La fragancia del ser de las cosas. La concepción artístico-teológica de Antoni Gaudí en la Basílica de la Sagrada Familia”. Madrid: Universidad San Dámaso, 2020.
8.- Benedicto XVI, Homilía en la consagración del Templo expiatorio de la Sagrada Familia de Barcelona, cit.