El auténtico desarrollo humano
A LA LUZ DE LA DOCTRINA SOCIAL CRISTIANA
Andrés Jiménez Abad

1. “Desarrollo” o “progreso”
“La historia no es simplemente un progreso necesario hacia lo mejor, sino más bien un acontecimiento de libertad, más aún, un combate entre libertades”. (F. Consortio, 1981, n. 6). El desarrollo no es un proceso rectilíneo, ilimitado y automático en el camino de la humanidad hacia un especie de perfección indefinida, como se sostiene en el pensamiento ilustrado. Así lo descubre la conciencia contemporánea ante los trágicos sucesos del siglo XX, jalonado por conflictos mundiales y actos de la mayor indignidad concebible (“la trágica experiencia de las dos guerras mundiales, la destrucción planeada y en parte realizada de poblaciones enteras, el peligro atómico”...)
Por este motivo la doctrina social cristina ha adoptado preferentemente, a partir de la Encíclica Sollicitudo rei socialis, el término “desarrollo” en vez del término “progreso”, aunque procurando dar a la palabra “desarrollo” el sentido más pleno, el de la auténtica elevación humana.