Abilio de Gregorio
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La familia, espacio sagrado de personalización

Móstoles (Madrid), 08-05-2010

Principio y fin

No puedo terminar esta exposición, que lleva el título de la “la familia, espacio sagrado de personalización”, sin referirme a lo más nuclear, a lo que le da verdadera dimensión trascendente. Lo verdaderamente sagrado es siempre la causa primera y la causa final de cualquier realidad. El creyente en el Dios que se le revela sabe dónde está su origen y dónde está su fin. Su origen y su fin es lo verdaderamente sagrado, es a lo que debe servir, es a donde se debe dirigir.

Dios quiso hacer al hombre a su imagen y semejanza. Porque es a imagen y semejanza de Dios, es sagrado. Pero, como Dios es Amor, y, por ello, es Uno y Trino, lo que viene a crear no es al hombre solitario, sino a la familia. Así, como Dios no `podría ser Amor si no hubiera en Él otro, así el hombre no podrá llegar a ser plenamente hombre –personalizarse- a imagen de Dios si no lo fuera a través de la inmersión en el amor humano arquetípicamente presente en la familia. Por ello la familia es Sacramento del Amor de Dios (imagen del Amor de Dios) y, en consecuencia, sagrada. Si es cierto que la realidad familiar tiene una dimensión sacramental implícita en clave humana, es necesario que sea vivida en las coordinas explícitas de la dimensión sobrenatural para que adquiera plenitud. Pasar de la experiencia del amor de la historia humana a la historia de la Redención. Pasar del boceto a la obra terminada y perfecta. Pasar del dominio de la psicología y de la sociología al dominio de la fe.


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