La persona es un ser constitutivamente dependiente, tanto en lo material, relativo a sus necesidades vitales de subsistencia, como en lo espiritual, en lo que afecta al cultivo de su inteligencia, su voluntad, sus afectos, su necesidad de orientación y de sentido.
Pero al mismo tiempo la persona es efusiva, entraña una sobreabundancia radical: la posibilidad de crecer interiormente y madurar cuanto más da de si misma.
Pero al mismo tiempo la persona es efusiva, entraña una sobreabundancia radical: la posibilidad de crecer interiormente y madurar cuanto más da de si misma.
El voluntariado
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