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San Juan de la Cruz

Plenitud de místico y de máximo poeta

3. Desinterés de San Juan por la valoración artística de su obra

Esto sí que se las trae. San Juan no buscaba el decoro ni el esplendor, ni el arte por el arte. San Juan buscaba aleccionar a sus hermanos de la nueva orden y sobre todo a sus hijas espirituales, las monjitas que había reunido su admirada Teresa de Jesús. Eso no quiere decir que fuera un ignorante de las técnicas y corrientes estéticas de su tiempo. Desde niño estuvo inmerso en la poesía de tipo tradicional y de tipo cancioneril. Su hermano Francisco cantaba, componía letra y música con mucho donaire todo tipo de coplas y se acompañaba con la guitarra, incluso de mayor, cuando termina sus días, en el convento de descalzos de Granada, con fama de santidad. Fray Juan también componía y cataba en las recreaciones con sus hermanos o en el locutorio de sus dirigidas.

Juan de Yepes estudió en los jesuitas de Medina del Campo en el que se enseñaba el latín clásico, se estudiaban a fondo los mejores poetas latinos Virgilio, Horacio, Ovidio, Marcial, etc., componían los alumnos versos en latín y se recitaban como aprendizaje escolar. Estudió al menos durante un curso en la Universidad de Salamanca. Sin embargo es muy probable, aunque resulte extraño, que a Garcilaso, por ejemplo, solo lo leyera en la horrenda versión a lo divino que hizo de sus obras Sebastián de Córdoba que, con buena intención, cubrió decentemente los desnudos de ninfas y seres mitológicos de sus Églogas a la vez que hacía desaparecer su poder poético. Está claro: No entraba en sus aficiones lo que se ha llamado “el arte por el arte”


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