La inteligencia humana
3. TEORÍAS ACERCA DE LA INTELIGENCIA
La inteligencia es uno de los temas más apasionantes de la psicología contemporánea. No obstante, llama la atención la enorme dispersión con la que ha sido tratado en este siglo de andadura, en el que es muy raro encontrar definiciones de la inteligencia como tal. Sí existen datos, aportaciones y reflexiones sobre cómo funciona. No tantas sobre qué es.
EL ANÁLISIS FACTORIAL DE LA INTELIGENCIA.
Es posiblemente el enfoque que más ha influido enel modo de entender la inteligencia desdeel punto de vista científico. Entiende la inteligencia como un 'conjunto de aptitudes o funciones'. Se desarrolla sobre todo en EEUU, entre las dos guerras mundiales, y hace aportaciones de gran interés, sobre todo en el ámbito de la psicología aplicada. No ofrece una comprensión unitaria de la inteligencia. Se reconoce un conjunto de comportamientos, destrezas o conductas más o menos homogéneas, pero estructuradas de modo distinto.[Este modo “fragmentado” de entender la inteligencia, y la falta de una visión unitaria en la que el sujeto humano sea el protagonista efectivo del acto de comprender, ha llevado a perspectivas un tanto ambiguas como las de la llamada “inteligencia artificial” o la “inteligencia animal”, que reducen la inteligencia a alguna función particular (asociaciones de objetos, anticipaciones en una serie, operar en el marco de un cálculo, etc.), tareas en las que lo intelectual queda reducido a ciertos aspectos que realmente no son representativos de la inteligencia como capacidad de comprensión.]
El iniciador de estos estudios es SPEARMAN, que planteó la existencia de dos factores intelectuales: el 'factor G', o inteligencia general, y el 'factor S' o inteligencia especial. La inteligencia general sería una capacidad para relacionar datos, para pasar de unos a otros. La inteligencia especial es una serie de habilidades concretas en las que Spearman dice reconocer un comportamiento "inteligente".
Esta propuesta, avalada en un primer momento por observaciones poco contrastadas, dio paso pronto a otras investigaciones mucho más precisas, que tuvieron lugar en el marco de las fuerzas armadas de los EE.UU., con motivo de su entrada en la II Guerra Mundial. Con el fin de asignar a cada soldado o cooperador del ejército norteamericano la tarea más adecuada a sus capacidades, se idearon determinadas pruebas experimentales ('Army tests') que fueron aplicadas masivamente a los soldados.[Un test psicológico es una situación experimental en que se pone a prueba la capacidad de resolución de determinados problemas o situaciones no previstas, en un intento de medir dicha capacidad o habilidad. La medida se basa en una comparación estadística con lo que se considera una distribución 'normal' de individuos (campana de Gauss), con respecto a la cual se ubica al que se aplica el test. Un test ha de ser válido, fiable y tipificado.Válido significa que mide lo que pretende medir. Para asegurarlo hace falta un criterio externo que lo confirme. Fiable significa preciso, que sus resultados son estables (tendencia mantenida en sucesivas aplicaciones). Tipificado significa basado en normas típicas, es decir, que permiten clasificar e interpretar los resultados en el marco de una población de referencia para el individuo testado.]
THURSTONE, sobre todo, avanzó sobre los estudios de Spearman, distinguiendo seis factores de inteligencia:
- Factor 'N': Factor o aptitud numérica. Mide la habilidad en el cálculo aritmético.
- Factor 'S': Factor espacial. Mide la habilidad para reconocer y manejar figuras en el espacio.
- Factor 'V': Comprensión verbal. Pretende medir el grado en que se maneja y se entiende el lenguaje.
- Factor 'W': Fluidez verbal. Extensión del propio vocabulario y rapidez en el empleo de palabras.
- Factor 'R': Factor razonamiento. Equivale al factor 'G' de Spearman. Relaciona datos y averigua las relaciones que unen a objetos, símbolos o figuras.
- Factor 'M': Memoria. Se refiere a la retención visual y auditiva.
Estos factores -y otros elaborados o ideados por otros investigadores- han mostrado una notable correlación, lo que ha hecho pensar en que algo han de tener en común, más allá de la mera observación experimental. No obstante, las demarcaciones entre los distintos factores son un tanto imprecisas y, en algunos casos, no está claro que se trata de aspectos netamente intelectuales (memoria visual, por ejemplo). El "Análisis factorial" no ha logrado establecer una teoría general sobre la inteligencia en la que se ofrezca una jerarquía o estructura clara de todas y cada una de sus funciones. En definitiva, se ha ofrecido una descripción de algunos rasgos a los que se ha convenido en definir como inteligentes, pero sin una idea realmente precisa de lo significa realmente la inteligencia. Prueba de ello son, entre otras cosas, las revisiones efectuadas por el propio Thurstone acerca de “otros tipos de inteligencia”, entre los que destaca la llamada “inteligencia emocional” (estudiada con particular éxito por DANIEL GOLEMAN, que reconoce la significativa influencia de pensadores clásicos como Aristóteles o los escolásticos).
EL “COCIENTE INTELECTUAL”
Una de las aportaciones más audaces (y discutidas) de la psicología experimental ha sido la pretensión de medir la inteligencia. A principios del siglo XX, A. BINET, a partir de una muy genérica definición de la inteligencia como "capacidad para resolver problemas", es decir "situaciones nuevas", propuso la noción de 'edad mental' que representaría el nivel medio de inteligencia que corresponde "normalmente" a determinada edad cronológica.
Según esto, propone medir la inteligencia dividiendo la edad mental de un sujeto entre su edad cronológica y multiplicar el resultado por 100. Es el llamado 'cociente intelectual' (CI):
EM
-----x 100 = CI
EC
La 'normalidad', según este planteamiento, se situaría entre las puntuaciones 90 y 110.