Humanizar la enseñanza
UNA CONCEPCIÓN PERSONALIZADORA
Coda.
Pero, en último análisis, la educación en el sentido propio del término, no se juega prioritariamente en las pormenorizadas programaciones, en los minuciosos y científicos diseños curriculares, sino que, como viene a afirmar R. Spaemann (Ver: SPAEMANN, Límites, Ediciones Universitarias, Madrid, 2003, p´. 481), la educación es un efecto secundario del trato humano con los educandos, de la vida que se hace con ellos, porque en ese trato les hacemos partícipes, aunque ni lo hayamos previsto ni tengamos intención, de lo que para el educador es bueno, es bello y es verdadero.
Y en esa relación hay dos aspectos a tener en cuenta que forman parte del mismo signo:
1.-“Sólo podemos hacer a los educandos partícipes de lo que a nosotros mismos nos colma, de lo que para nosotros es real (...) A la larga, no se puede engañar a los educandos con cheques sin fondos”, y
2.- que la relación sea por sí misma portadora del mensaje del valor sagrado de la persona tratada. Esto último hace referencia al clima afectivo por el cual el educando se siente querido por su educador. Y el educando vive esa relación humanizadora cuando se siente atendido, cuando se siente comprendido, cuando se siente aceptado y cuando se siente valorado.