Yo, Robot
Alex Proyas
Yo, Robot es una película producida en 2004, dirigida por Alex Proyas y protagonizada por Will Smith. Aunque se atribuye la historia a las Series de Robots de Isaac Asimov, que incluye una recopilación de cuentos del mismo nombre, Yo, robot, en realidad está basada en un guión de Jeff Vintar, titulado Hardwired.
Algunas ideas de Asimov acerca de los robots -la más importante, las tres leyes de la robótica– fueron añadidas al guión de Vintar después de que los productores adquirieron los derechos. Las leyes dicen así:
1. Un robot no puede hacer daño a un ser humano o, por inacción, permitir que un ser humano sufra daño.
2. Un robot debe obedecer las órdenes dadas por los seres humanos, excepto si estas órdenes entrasen en conflicto con la Primera Ley.
3. Un robot debe proteger su propia existencia en la medida en que esta protección no entre en conflicto con la Primera o la Segunda Ley.
La acción está ambientada en 2035, en la ciudad de Chicago. Los robots forman parte de la vida cotidiana y son la principal fuerza laboral. La compañía dedicada a la venta y fabricación de Robots es USR (United States Robotics).
La historia comienza con el presunto suicidio de Alfred J. Lanning, ingeniero diseñador de robots y cofundador de la compañía, creador del modelo NS-5 y amigo del detective Spooner (Will Smith), que odia a los robots y es un amante del pasado, usa aún una moto a gasolina, zapatillas deportivas de principios del siglo XXI y un equipo de música “antiguo”.
Spooner sospecha que Lanning fue asesinado; entrará en contacto con Susan Calvin, robopsicóloga (¡!) de la empresa, y descubrirá a un robot llamado Sonny que parece estar fuera de control y ser el asesino del Dr. Lanning. Spooner descubre que Sonny tiene sueños y puede aprender otras cosas.
Por otra parte, el ordenador central de la compañía, VIKI, un cerebro positrónico que dirige a todo este mundo altamente mecanizado, parece tomarse muy en serio las tres leyes de la robótica, hasta el punto de pensar en proteger a la humanidad de sí misma y de su instinto de autodestrucción…
Pero Sonny parece haber desarrollado su cerebro (positrónico) hasta el punto de asumir un comportamiento moral… e irónico: ¿Qué sentido puede tener para un robot la responsabilidad moral o guiñar un ojo?
Junto con la trama de acción, se van sucediendo algunos interesantes dilemas antropológicos y éticos.
Los robots intentan reflejar el comportamiento del cerebro humano…pero ¿podrían también reflejar el alma?