Una schubertiada
Recital de `lieder´
Por Javier Ibarz Gabardós
Selección de canciones para propiciar una hermosa velada en que podamos palpar la realidad íntima de toda alma humana, por medio de la poesía y la música
Introducción: el ‘lied’ romántico
Se conoce universalmente con el nombre de lied (canción, en alemán) la canción culta con acompañamiento de piano creada por compositores alemanes o austriacos del siglo XIX (Schubert, Schumann, Wolf, Brahms, R. Strauss). En él se da una unión íntima entre el texto poético y la música, entre el piano y la voz, que hace de estas composiciones una cumbre singular en la Historia de la Música. El lied recoge la influencia del movimiento Sturm und Drang (Tempestad e Ímpetu) que, a finales del siglo XVIII, se oponía a la estética neoclásica, destacando el valor de la subjetividad personal y del sentimiento frente al racionalismo, y manifestando el malestar del hombre romántico en medio de una sociedad mediocre, que buscará refugio en la naturaleza y el arte, anhelando el amor, acechado por la desesperación y la muerte. Los textos de los lieder proceden habitualmente de los poetas alemanes contemporáneos (Goethe, Heine, Rückert, Mörike), aunque también hay referencias a otras literaturas, como la inglesa (Walter Scott), o la española (el romancero y el Siglo de Oro). Sea desde la pasión amorosa, el pensamiento filosófico, la ironía o la oración, el artista romántico siempre pone de manifiesto el drama del individuo en busca de una respuesta última para su vida, que en medio de la felicidad y el sufrimiento anhela perpetuamente el amor verdadero, aquél que es más fuerte que la muerte.
Una schubertiada
Franz Schubert, el paradigma del compositor de lied romántico, participaba habitualmente en reuniones amistosas de artistas vieneses, en que se leían y comentaban las obras literarias, se hacía música, se bailaba, se reía y se lloraba. Hasta tal punto la inspiración que aportaba Schubert a aquellas reuniones era esencial que acabaron llamándose schubertiadas. Hemos realizado una selección de canciones que esperamos propicien una hermosa velada en que, por medio de la poesía y la música, podamos palpar la realidad íntima de toda alma humana, que, en medio de las alegrías y de los sufrimientos, es capaz de crear una belleza que nos remite, sin duda, a una última, o primigenia, luz esperanzadora, die Uhrlicht, como diría el último gran compositor romántico, Gustav Mahler.

Franz Schubert (1797 -1828)
Er hiess die Dichtung Tönen und reden die Musik.
Nicht Frau und nicht Magd,
als Schwestern umarmen sich Die beiden
über Schuberts Grab
Dio sonidos a la poesía y habla a la música.
Ni señora ni criada,
como hermanas se abrazan ambas
sobre la sepultura de Schubert.
Así reza uno de los epitafios preparados por el poeta Grillparzer para la tumba de Franz Schubert, expresando la capacidad inigualada de “el más poético de los compositores”, como diría luego Franz Liszt, de conjugar música y texto en sus canciones. Schubert alcanzó en sus treinta y un años de vida una altura artística sólo comparable a la de Mozart, Beethoven o Bach. La inagotable inspiración de este hombre menudo y desgarbado, rechazado por la mujer que amó en favor de un hombre de mejor posición económica, no cesó de fluir en medio de la estrechez, la depresión y la enfermedad, que no le impedían ser el alma de los encuentros amistosos entre los artistas del ámbito vienés, conocidos ya entonces como “schubertiadas”. Insuperable en su obra pianística o en la música de cámara, es tal vez en el lied donde alcanza la cumbre de su obra. Autor de cerca de seiscientas canciones, creó el concepto de “ciclo de lieder”, colección de canciones con un sentido unitario, siendo sus más importantes ciclos La bella molinera, El canto del cisne y Viaje de invierno.
Heideröslein (La pequeña rosa silvestre)
Texto: W. Goethe
Música: F. Schubert
Comentarios: Elaboró Goethe durante su estancia en Estrasburgo este poema, probablemente a partir de una canción popular del siglo XVII, que narra figuradamente la seducción a que es sometida una jovencita por parte de un desvergonzado muchacho. Bajo una forma poética y musical de extremada sencillez, se desarrolla el relato en tres estrofas que acaban con un melancólico lamento por la infeliz doncella.
Sah ein Knab' ein Röslein stehn, Knabe sprach: Ich breche dich, Und der wilde Knabe brach |
Un muchacho vio una pequeña rosa, Dijo el muchacho: ¡te cogeré, Pero el salvaje muchacho cogió |
Sei mir gegrüßt (Yo te saludo)
Texto: F. Rückert
Música: F. Schubert
Comentarios: Apasionada serenata, en que el enamorado pretende superar la distancia y doblegar al Destino con la fuerza del torrente de amor que desborda su corazón. Las exquisitas variaciones armónicas que realiza Schubert a lo largo de las distintas estrofas dibujan toda la gama de temples anímicos presentes en el poema sin romper la continuidad. La sutileza de este lied en su aparente simplicidad hace de éste una venerada obra maestra y uno de los más interpretados en los recitales schubertianos.
O du Entrißne mir und meinem Kusse, Du von der Hand der Liebe diesem Herzen Zum Trotz der Ferne, die sich feindlich trennend Wie du mir je im schönsten Lenz der Liebe Ein Hauch der Liebe tilget Raum und Zeiten, |
¡Oh tú, arrancada de mi lado y de mis besos, Tú, que de manos del Amor recibiste este corazón; Desafiando la distancia enemiga que nos separa y media entre tú y yo, Como a mí en la feliz primavera del amor El aliento del amor borra el espacio y el tiempo; |
Der Lindenbaum (El tilo)
del ciclo Winterreise (Viaje de Invierno)
Texto: W. Müller
Música: F. Schubert
Comentarios: La versión realizada por Müller de unas estancias populares dio lugar a una de las canciones más queridas por los alemanes merced a la autenticidad, belleza y hondura de la música creada para ellas por Schubert. Este lied forma parte del su ciclo Viaje de invierno (Winterreise), compuesto en 1827, que presenta las meditaciones de un caminante en medio de una cruda noche de invierno, recordando el amor perdido y luchando contra la desesperación. El tilo, amigo y confidente del caminante en pasadas horas de felicidad, se le aparece en la fría noche del desengaño y la tristeza como imagen del descanso, de la paz, tal vez, como interpreta Thomas Mann en La Montaña Mágica, de la muerte.
Am Brunnen vor dem Tore Ich schnitt in seine Rinde Ich mußt auch heute wandern Und seine Zweige rauschten, Die kalten Winde bliesen Nun bin ich manche Stunde |
Junto al pozo, frente al portón, En su corteza dejé Hoy hube de pasar junto a él Sus ramas, como llamándome, Los vientos helados Y ahora, a varias horas de distancia, |
Ständchen (Serenata)
del ciclo Schwanengesang (El Canto del Cisne)
Texto: L. Rellstab
Música: F. Schubert
Comentarios: Es esta Serenata el más célebre de los lieder compuestos por Schubert durante su último año de vida, compilados bajo el título de El canto del cisne. El piano evoca el pulso de una mandolina que acompaña el canto doliente y enamorado del trovador, que alterna el modo mayor y menor como cara y cruz de sus sentimientos. Las estrofas se cierran con el eco de la melodía en el piano. La agitación se desata súbitamente al comienzo de la última estrofa, para dulcificarse en el último verso: beglücke mich! (¡hazme dichoso!).
Leise flehen meine Lieder Flüsternd schlanke Wipfel rauschen Hörst die Nachtigallen schlagen? Sie verstehn des Busens Sehnen, Laß auch dir die Brust bewegen, |
Suavemente te imploran mis canciones Murmurantes, esbeltas copas susurran ¿Oyes gorjear a los ruiseñores? Comprenden el anhelo del pecho, Deja también conmoverse tu pecho: |
Robert Schumann (1810-1852)

Nacido en Zwickau (Sajonia), hijo de un librero, amante precoz de la literatura y la música, Robert Schumann representa la quintaesencia del romanticismo musical alemán. Tras abandonar los estudios de Derecho, decide estudiar piano con Friedrich Wieck. La carrera pianística de Schumann se trunca al lesionarse las manos en su impaciencia por alcanzar la perfección técnica, a raíz de lo cual se dedicará plenamente a la composición. Su obra, inicialmente centrada en el piano y el lied, se extenderá posteriormente, bajo la influencia de su esposa, a la música sinfónica, coral y camerística. En 1834 funda en Leipzig la revista Die neue Zeitschrift für Musik, que ejercería un papel esencial en la adecuada valoración del talento de compositores como Chopin, Berlioz o Weber en los círculos culturales de Alemania. En 1840 contrae matrimonio con Clara Wieck, hija de su maestro y excelente pianista a su vez, contraviniendo la voluntad del padre. Ese año compone sus más importantes ciclos de canciones: Liederkreis (Ciclo de Canciones), Dichterliebe (Amor de poeta), Frauenliebe und leben (Amor y vida de mujer), y Myrthen (Mirtos). A partir de 1844 comienzan a sufrir trastornos psíquicos de gravedad creciente (alterna periodos de creación febril con otros depresivos, padece fobias, oye voces y sonidos imaginarios). Continúa trabajando hasta 1854, siendo trasladado a un asilo tras intentar suicidarse lanzándose al Rin. Víctima además de una sífilis avanzada, muere en 1856, siendo enterrado en Bonn. Su mujer, Clara Wieck, se dedicó posteriormente a la interpretación y publicación de la obra de su marido.
Ich grolle nicht (No guardo rencor)
del ciclo Dichterliebe (Amor de poeta)
Texto: H. Heine
Música: R. Schumann
Comentarios: Texto de aguda ironía en que el amante despechado afirma no guardar rencor, pese a que realmente piensa que la vanidad y el egoísmo ciegan el corazón de su amada. Schumann expresa diáfanamente, con rotundos acordes y ritmo enérgico, la rabia que invade al amante mientras clama en vano contra ¿la ingrata?
Ich grolle nicht, und wenn das Herz auch bricht, Ich grolle nicht, und wenn das Herz auch bricht, |
No guardo rencor: aunque se me parta el corazón, No guardo rencor, aunque se me parta el corazón. |
Im wunderschönen Monat Mai (En el maravilloso mes de mayo)
del ciclo Dichterliebe (Amor de poeta)
Texto: H. Heine
Música: R. Schumann
Comentarios: bellísima miniatura en que aparece como en un ensueño el recuerdo del amor en primavera. La delicada armonía schumaniana crea una atmósfera casi impresionista en la que flota una melodía de trazo tan sencillo como expresivo.

Evaristo Baschensis, Instrumentos musicales, s. XVII
Im wunderschönen Monat Mai, Im wunderschönen Monat Mai, |
En el maravilloso mes de mayo, En el maravilloso mes de mayo, |

Johannes Brahms (1833-1897)
Hijo de un contrabajista hamburgués, recibió de él sus primeros estudios musicales, aportando desde muy joven dinero a la familia tocando el piano en tabernas y restaurantes (siempre conservará la simpatía por el folklore alemán y húngaro), y más tarde dando clases y conciertos. Durante una gira con el violinista húngaro Eduard Reményi en 1853 conoce a Robert Schumann, quien haría notar a través de su Neue Zeitschrift für Musik el talento del joven músico ("En la cuna de Brahms montaron guardia las Gracias y las Musas"). Ahí se iniciaría también la relación de íntima amistad con la esposa de éste, Clara Wieck, de quien pudo estar platónicamente enamorado (Brahms nunca se casó, teniendo verdadero pánico a declararse a una mujer, pese a mostrarse abierto y afable con ellas). Enormemente autoexigente y respetuoso con la tradición musical (hasta los 43 años no se decidió a publicar una sinfonía, que fue calificada como “la décima de Beethoven), La música de Brahms se caracteriza por una ternura y melancolía intensas acompañadas de una profunda reflexión y de una soberbia perfección técnica. Incluso en obras relativamente tempranas manifiesta una madurez de pensamiento y una preocupación por lo trascendente extraordinarias (es el caso del Requiem alemán, compuesto a los 38 años). En sus canciones se concentran los rasgos esenciales de su personalidad musical. Desde la temprana Canción de cuna a las 4 canciones serias sobre textos bíblicos, compuestas un año antes de su muerte, predomina en ellas lo melancólico, lo crepuscular, el amor soñado y el dolor presente, envueltos en la belleza de una música que habla de una última esperanza.
Feldeinsamkeit (Soledad campestre)
Texto: H. Allmers
Música: J. Brahms
Comentarios: refleja este lied uno de los temas recurrentes en la música de Brahms: la nostalgia por la paz de espíritu, sólo conocida en este mundo por el recién nacido, que el poeta sueña gozar en el mundo futuro, al otro lado de la muerte; la naturaleza le anticipa, en un instante privilegiado, esa experiencia.
Ich ruhe still im hohen grünen Gras Die schönen weißen Wolken ziehn dahin |
Descanso tranquilo sobre la alta hierba verde Las bellas nubes blancas surcan |

Gustav Mahler (1860-1911)
Es, junto con Brahms, el último gigante del romanticismo musical alemán. Con él coincide en la profunda inquietud metafísica y espiritual (decía estar continuamente “telefoneando a Dios” al concebir su música), manifestada en obras como la sinfonía Resurrección, la Canción de la Tierra o sus canciones sobre textos de Friedrich Rückert. Es característico de su estilo el carácter melancólico, el planear continuo de la idea de la muerte sobre su obra.
Um Mitternacht (A medianoche)
Música: G. Mahler
Texto : F. Rückert
Comentarios: Noche, soledad, vacío. Unas notas mínimas se oyen, como una tenue llamada en medio el silencio, como la inquietud que mantiene despierto al poeta. No tiene a qué agarrarse: al universo, a las ideas… sólo hay un sordo dolor. Y toda lucha es vana: el hombre no puede dar por sí mismo sentido a su existencia. Entonces surge del fondo del alma el acto de fe: sí, ahí esta Dios, el que vela en la noche profunda, el que todo lo sostiene. Unos acordes solemnes anuncian Su presencia. Los arpegios del consuelo se escuchan finalmente mientras el poeta contempla a su Guardián.
Um Mitternacht Um Mitternacht Um Mitternacht Um Mitternacht Um Mitternacht |
A medianoche A medianoche A medianoche A medianoche ¡A medianoche |

Enrique Granados (1867-1916)
Representa el leridano Granados, uno de los discípulos del gran musicólogo Felipe Pedrell, la asimilación del romanticismo europeo y del impresionismo francés en España. La elegancia de su técnica pianística, emparentada con la de Schumann, Chopin, Grieg y Debussy se une a la riqueza del folclore español dando lugar a una obra exquisita, que junto con la de Isaac Albéniz reintrodujo a España en la corriente de la gran música europea. La Primera Guerra Mundial truncó su vida al ser torpedeado el barco en que regresaba junto a su mujer de Nueva York tras el estreno de su ópera Goyescas.
El majo olvidado (tonadilla)
Texto: F. Periquet
Música: E. Granados
Comentarios: Según el académico y crítico Antonio Fernández-Cid, las tonadillas son “el mas perfecto logro, el mas sazonado y redondo, el mas personal entre cuantos llevan la firma de Enrique Granados”. Estas canciones, que evocan aquél género dieciochesco, con sus conflictos y requiebros entre majos y majas, ora líricas, ora cómicas, cuentan con textos del colaborador habitual de Granados, Fernando Periquet. Así como en la versión operística de las Goyescas no se logró una sintonía satisfactoria entre el texto y música, en las tonadillas el hermanamiento es absolutamente perfecto. El majo olvidado, canción expresamente pensada para voz de barítono, utiliza una armonía de corte impresionista para crear un ambiente hondamente melancólico para el lamento de este majo, que en su sección central se expresa con aires de jota aragonesa.
Cuando recuerdes los días pasados,
piensa en mí.
Cuando de flores se llene tu reja,
piensa en mí.Cuando en las noches serenas
cante el ruiseñor,
piensa en el majo olvidado
que muere de amor.¡Pobre del majo olvidado!
¡Qué duro sufrir!
Pues que la ingrata le deja,
no quiere vivir.

En honor a Mozart
Wolfgang Amadeus Mozart (1756-1791)
La capacidad de asimilación de Mozart le permitió recoger la herencia de los maestros barrocos (Häendel, J. S. Bach), las innovaciones de J. C. Bach y F. J. Haydn, y el espíritu prerromántico del Sturm und Drang, así como la melodía popular, integrándolos genialmente en su propia creación. Asímismo, de su compleja personalidad surge una música cuyo carácter va de lo infantil a lo apasionado, de lo elegante a lo trágico, del humor al terror, del juego al fervor religioso. Como en el caso de Schubert, una muerte temprana puso límite a un torrente creador de fuerza incomparable.
Ein Mädchen oder Weibchen (Una muchachita o mujercita)
Texto: E. Schikaneder
Música: W. A. Mozart
Comentarios: Mozart compuso un importante número de canciones para su esposa, la soprano Constanze Weber, y para la hermana de ésta, Aloysia. La canción popular también está presente en su obra, en numerosas alusiones en forma de variaciones instrumentales, y de un modo muy especial en el singspiel: en La Flauta Mágica; las dos arias de Papageno beben de esta veta popular, que el genio mozartiano reviste y universaliza.
Ein Mädchen oder Weibchen Dann schmeckte mir Trinken un Essen, Ein Mädchen oder Weibchen... Ach, Kann ich keiner von allen ird keine mir Liebe gewahren, |
Una muchachita o mujercita Entonces disfrutaría de la comida y la bebida, Una muchachita o mujercita... ¡Ah!, ¿no podrá ser que le guste yo Una muchachita o mujercita... ¡Si ninguna me ofrece su amor |
Deh, vieni alla finestra (¡Ah, sal a la ventana!)
Don Giovanni (Don Juan)
Texto: L. da Ponte
Música: W. A. Mozart
Comentarios: esta serenata que Don Juan canta a la ventana de doña Elvira (¡para seducir a su criada!) es elaborada por Mozart con enorme habilidad armónica, creando una melodía verdaderamente seductora, con el preceptivo acompañamiento de cuerda pulsada, de deliciosa gracia y ligereza.
Deh, vieni alla finestra, o mio tesoro! Tu ch'hai la bocca dolce più del miele, |
¡Ah sal a la ventana, tesoro mío! Tú que tienes la boca más dulce que la miel. |
Para terminar, un homenaje a la Música
Las schubertiadas acababan casi invariablemente con un lied con texto de Franz von Schober, que agradece al arte de la Música el habernos traído consuelo en horas difíciles y logrado hacer renacer la esperanza en nuestro corazón.
An die Musik (A la Música)
Texto: F. von Schober
Música: F. Schubert

Du holde Kunst, in wieviel grauen Stunden,
Wo mich des Lebens wilder Kreis umstrickt,
Hast du mein Herz zu warmer Lieb entzunden,
Hast mich in eine beßre Welt entrückt!
Oft hat ein Seufzer, deiner Harf' entflossen,
Ein süßer, heiliger Akkord von dir
Den Himmel beßrer Zeiten mir erschlossen,
Du holde Kunst, ich danke dir dafür!
¡Oh, arte benévolo, en cuántas horas sombrías,
cuando me atenaza el círculo feroz de la vida,
has inflamado mi corazón con un cálido amor,
me has conducido hacia un mundo mejor!
Con frecuencia se ha escapado un suspiro de tu arpa,
un dulce y sagrado acorde tuyo
me ha abierto el cielo de tiempos mejores.
¡Oh, arte benévolo, te doy las gracias por ello!