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Trato de Argel

HECHA POR MIGUEL DE CERVANTES, QUESTUVO CAUTIVO EN ÉL SIETE AÑOS

Miguel de Cervantes Saavedra

Miguel de Cervantes Saavedra

SEGUNDA JORNADA

Yzuf y Aurelio.

Trato de Argel


YZUF Trecientos escudos di,
Aurelio, por la doncella. 720
Esto di al turco, que a ella
alma y vida le rendí;
y es poco, según es bella.
Vendiómela de aburrido,
que dice que no ha podido, 725
mientras la tuvo en poder,
en ningún modo atraer
al amoroso partido.
Púsela en casa de un moro,
sin osarla traer acá, 730
y allí está donde ella está
todo mi bien y tesoro,
y la gloria que amor da.
Allí se ve la bondad
junto con la crueldad 735
mayor que se vio en la tierra;
y juntas, sin hacer guerra,
belleza y honestidad.
No pueden prometimientos
ablandar su duro pecho. 740
Veme en lágrimas deshecho,
y ofrece siempre a los vientos
cuantos servicios la he hecho.
No echa de ver su ventura,
ni cómo el dolor me apura 745
poco a poco sospirando;
antes, cuando yo más blando,
entonces ella más dura.
A casa quiero traella
y reclinar en tu mano 750
mi gozo más soberano:
quizá tú podrás movella,
siendo, como ella, cristiano;
y desde aquí te prometo
que, si conduces a efecto 755
mi amorosa voluntad,
de darte la libertad
y serte amigo perfecto.
AURELIO En todo lo que quisieres,
he, señor, de complacerte, 760
por ser tu esclavo y por verte
que melindres de mujeres
te tengan de aquesa suerte.
¿De qué nación es la dama
que te enciende en esa llama 765
sin mirar a su interés?
YZUF Española dicen que es.
AURELIO ¿Y el nombre?
YZUF Silvia se llama.
AURELIO ¿Silvia? Una Silvia venía
adonde yo cautivé, 770
y, según que la miré,
no en tanto allá se tenía.
YZUF Ésa es: yo la compré.
AURELIO Si ella es, yo sé decir
que es hermosa sin mentir, 775
y que no es tan cruda altiva,
que su condición esquiva
a ninguno hace morir.
Traéla a casa, señor, luego,
y ten las riendas al miedo; 780
y tú verás, si yo puedo,
cómo a mis manos y ruego
amaina el casto denuedo.
YZUF Yo voy; y, mientras se ordena
su venida, por estrena 785
del contento que me has dado,
yo diré a mi renegado
que te quite esa cadena.

Vase YZUF y queda AURELIO solo.


AURELIO ¿Qué es esto, cielos? ¿Qué he oído?
¿Es mi Silvia? Silvia es, cierto. 790
¿Es posible, oh hado incierto,
que he de ver quien me ha tenido
vivo en muerte, en vida muerto?
Ésta es mi Silvia, a quien llamo,
a quien quiero y a quien amo 795
más que a todo lo del suelo.
¡Gracias hago y doy al cielo,
que a los dos ha dado un amo!
Tregua tendrán mis enojos
entre tanta desventura, 800
pues, por estraña ventura,
vendrán a mirar mis ojos
tu sin igual hermosura.
Y si della está rendido
mi amo, está conocido 805
que quien la supo mirar
es imposible escapar
de preso o de malherido.
Y, pues que con tales bríos
él descubre sus amores, 810
si nos vemos, sus dolores
se callarán y los míos
te diré, que son mayores.
Y, mientras pudiere ver
tu hermosura y gentil ser, 815
templaré mi desconsuelo,
hasta que disponga el cielo
de entrambos lo que ha de ser.

Vase AURELIO, y entran MERCADERES MOROS, primero y segundo; y PADRE y MADRE y
dos HIJOS cautivos. Un PREGONERO; MAMÍ, soldado cosario.


MERC. [1º] En fin, Aydar, ¿que en Cerdeña
habéis hecho la galima? 820
MAMI Sí; y aun no de poca estima,
según se vio en la reseña.
[MERC.] 2º Dícennos que os dieron caza
de Nápoles las galeras.
MAMÍ Sí dieron, mas no de veras, 825
que el peso las embaraza.
El ladrón que va a hurtar,
para no dar en el lazo,
ha de ir muy sin embarazo
para huir, para alcanzar. 830
Las galeras de cristianos,
sabed, si no lo sabéis,
que tienen falta de pies
y que no les sobran manos;
y esto lo causa que van 835
tan llenas de mercancías,
que, si bogasen dos días,
un pontón no tomarán.
Nosotros, a la ligera,
listos, vivos como el fuego, 840
y, en dándonos caza, luego
pico al viento y ropa fuera,
las obras muertas abajo,
árbol y entena en crujía,
y así hacemos nuestra vía 845
contra el viento sin trabajo;
y el soldado más lucido,
el más flaco y más membrudo,
luego se muestra desnudo
y del bogavante asido. 850
Pero allá tiene la honra
el cristiano en tal estremo,
que asir en un trance el remo
le parece que es deshonra;
y, mientras ellos allá 855
en sus trece están honrados,
nosotros, dellos cargados,
venimos sin honra acá.
MERC. 1º Esa honra y ese engaño
nunca salga de su pecho, 860
pues nuestro mayor provech[o]
nace de su propio daño.
Un mozo de poca edad
destos sardos comprar quiero.
MAMÍ Ya los trae el pregonero 865
vendiendo por la ciudad.
[MERC.] 2º ¿Hay españoles entre ellos?
MAMÍ Sí hay; que también tomamos
una nave, y allí hallamos
hasta viente y cuatro dellos. 870

Entra el PREGONERO, con el PADRE y la MADRE y los dos MUCHACHOS y un NIÑO DE TETA a los pechos.


PREGONERO ¿Hay quien compre los perritos,
y el viejo, que es el perrazo,
y la vieja y su embarazo?
Pues, ¡a fe que son bonitos!
Déste me dan ciento y dos; 875
déste docientos me dan;
pero no los llevarán.
¡Pasá acá, perrazo, vos!
HIJO ¿Qué es esto, madre? ¿Por dicha
véndennos aquestos moros? 880
MADRE Sí, hijo; que sus tesoros
los crece nuestra desdicha.
PREGONERO ¿Hay quien a comprar acierte
el niño y la madre junto?
MADRE ¡Oh amargo y terrible punto, 885
más terrible que la muerte!
PADRE ¡Sosegad, señora, el pecho;
que si mi Dios ha ordenado
ponernos en este estado,
Él sabe por qué lo ha hecho! 890
MADRE Destos hijos tengo pena,
que no sé por dónde han de ir.
PADRE Dejad, señora, cumplir
lo que el alto cielo ordena.
[MERC.] 1º ¿Qué han de dar déste, decí? 895
PREGONERO Ciento y dos escudos dan.
MERC. [2º] ¿Por ciento y diez darlo han?
PREGONERO No, si no pasáis de ahí.
MERC. [2º] ¿Está sano?
PREGONERO Sano está.
MERC. [2º] [Ábrele la boca] Abre; no tengas temor. 900
HIJO ¡No me la saque, señor;
que ella mi[sma se cairá]!
MERC. [2º] ¿Piensa que sacalle quiero
el rapaz alguna muela?
HIJO ¡Paso, señor, no me duela; 905
tenga, quedo, que me muero!
MERC. 2º Destotro, ¿cuánto dan dél?
PREGONERO Docientos escudos dan.
[MERC.] 2º ¿Y por cuánto le darán?
PREGONERO Trecientos piden por él. 910
[MERC.] 1º Si te compro, ¿serás bueno?
HIJO Aunque vos no me compréis,
seré bueno.
[MERC.] 2º ¿Serlo heis?
HIJO Ya lo soy, sin ser ajeno.
MERC. 1º Por éste doy ciento y treinta. 915
PREGONERO Vuestro es: venga el dinero.
[MERC.] 1º En casa dároslo quiero.
MADRE El corazón me revienta.
[MERC.] 1º Comprad, compañero, esotro.
Ven, niño, vente a holgar. 920
HIJO No, señor; no he de dejar
mi madre por ir con otro.
MADRE Ve, hijo, que ya no eres
sino del que te ha comprado.
HIJO ¡Ay, madre! ¿Habéisme dejado? 925
MADRE ¡Ay, cielo, cuán crudo eres!
MORO Anda, rapaz, ven conmigo.
HIJO Vámonos juntos, hermano.
HERMANO No puedo, ni está en mi mano.
PADRE El cielo vaya contigo. 930
MADRE ¡Oh, mi bien y mi alegría,
no se olvide de ti Dios!
HIJO ¿Dónde me llevan sin vos,
padre mío y madre mía?
MADRE ¿Quïeres que hable, señor, 935
a mi hijo aun no un momento?
Dame este breve contento,
pues es eterno el dolor.
MORO Cuanto quisieres le di,
pues será la vez postrera. 940
MADRE Sí, pues ésta es la primera
que en este trance me vi.
[HI]JO Tenedme con vos aquí,
madre, que voy no sé dónde.
[MADRE] La ventura se te asconde, 945
[hi]jo, pues yo te pa[rí].
Hase escurecido el cielo,
turbado los elementos,
conjurado mar y vientos
todos en tu desconsuelo 950
No conoces tu desdicha,
aunque estás bien dentro della,
puesto que el no conocella
lo puedes tener a dicha.
Lo que te ruego, alma mía, 955
pues el verte se me impide,
es que nunca se te olvide
rezar el Avemaría;
que esta reina de bondad,
de virtud y gracia llena, 960
ha de limar tu cadena
y volver tu libertad.
MORO ¡Mirad la perra cristiana
qué consejo da al muchacho!
¡Sí que no estaba él borracho 965
como tú, sin seso, vana!
HIJO Madre, al fin, ¿que no me quedo?
¿[Qu]e me llevan estos moros?
MADRE Contigo van mis tesoros.
HIJO A fe que me ponen miedo. 970
MADRE Más miedo me queda a mí
de verte ir donde vas,
que nunca te acordarás
de Dios, de ti, ni de mí;
porque esos tus tiernos años, 975
¿qué prometen sino [aqu]esto,
entre inicua gente puesto,
fabricadora de engaños?
PREGONERO ¡Calla, vieja y mala pieza,
si no quieres, por más mengua, 980
que lo que dice tu lengua
que lo pague la cabeza!
¿Destotro hay quien me dé mas?
Que es mas bello y más lozano
que no es el otro su hermano. 985
MERC. 2º ¡Sus!, ¿en cuánto le darás?
PREGONERO ¿No os he dicho que trecientos
escudos de oro por cuenta?
[MERC.] 2º ¿Quies docientos y cincuenta?
PREGONERO [Es] dar voces a los vientos. 990
[MERC.] 2º Enamorado me ha
el donaire del garzón;
yo los doy en conclusión.
PREGONERO Dinero o señal me da.
[MERC.] 2º Cómo te llamas me di. 995
HIJO Señor, Francisco me llamo.
[MERC.] 2º Pues que has mudado de amo,
muda el Francisco en Mamí.
HIJO ¿Para qué es mudar el nombre,
si no ha de mudar la fe? 1000
[MERC.] 2º Eso agora no lo sé.
HIJO No hay castigo que me asombre.
[MERC.] 2º Alto, venidos tras mí.
HIJO ¡Amados padres, adiós!
PADRE ¡El mesmo vaya con vos! 1005
MADRE ¡Francisco!
[MERC.] 2º No, no: Mamí.
HIJO Eso no, señor patrón:
Francisco me has de llamar.
[MERC.] 2º El palo os hará trocar
el nombre y aun la intención. 1010
HIJO Pues me aparta el hado insano
de vos, señor, ¿qué mandáis?
PADRE Sólo, hijo, que viváis
como bueno y fiel cristiano.
MADRE Hijo, no las amenazas, 1015
no los gustos y regalos,
no los azotes y palos,
no los conciertos y trazas,
no todo cuanto tesoro
cubre el suelo, el cielo visto, 1020
te mueva a dejar a Cristo
por seguir al pueblo moro.
HIJO En mí se verá, si puedo,
y mi buen Jesús me ayuda,
cómo en mi alma no muda 1025
la fe, la promesa o miedo.
PREGONERO ¡Oh, qué cristiano se muestra
el rapaz! Pues ¡yo os prometo
que alcéis con sancto aprïeto
la flecha y la mano diestra! 1030
Estos rapaces cristianos,
al principio muchos lloros,
y luego se hacen moros
mejor que los más ancianos.

Sálense, y entran YZUF y SILVIA.


YZUF Dejad, Silvia, el llanto agora; 1035
poned tregua al ansia brava,
que no os compré para esclava,
sino para ser señora.
Mirad que imagino y creo
que vuestra gran desventura, 1040
para daros más ventura
ha traído este rodeo.
Con vos Fortuna en su ley
no usa de nuevas leyes:
que esclavos se han visto reyes, 1045
aunque vos sois más que rey.
Limpiad los húmedos ojos,
que sujectan cuanto miran,
y, al tiempo que se retiran,
llevan de almas los despojos; 1050
y no cubra el blanco velo
esa divina hermosura,
que es como la nieve pura,
que impide la luz del cielo.
SILVIA Esme ya tan natural, 1055
señor, el llanto y tormento,
que, si me deja un momento,
lo tengo por mayor mal;
y, aunque así estoy, estaré
alegre al obedeceros, 1060
pues distes tantos dineros
por mí sin saber por qué;
que, si acaso lo habéis hecho
pensando sacar de mí
gran rescate, desde aquí 1065
se apoca vuestro provecho;
porque os prometo, señor,
que de miseria y pobreza
tengo cuanto de riqueza,
si la riqueza es dolor; 1070
y de dolor soy tan rica,
cuanto, por darme pasión,
este caudal la ocasión
por puntos le multiplica.
YZUF Silvia, vives engañada: 1075
que yo no quiero de ti
sino que quieras de mí
ser servida y respectada;
que el provecho que yo espero,
Silvia, de haberte comprado, 1080
es ver tu rostro estremado
y no doblar el dinero;
que el Amor, que se mejora
en mostrar su fuerza brava,
me ha hecho esclavo de mi esclava, 1085
esclava que es mi señora;
y quedo tan satisfecho
de perder la libertad,
que alabo la crueldad
deste crudo y nuevo hecho. 1090
Y, porque lo que aquí digo
lo entiendas, Silvia, mejor,
nunca me llames señor,
sino siervo o caro amigo.
SILVIA Aunque tamaña mudanza 1095
hace fortuna en mi estado,
no creo se me ha olvidado
el término de crianza.
Bien sé cómo he de llamarte,
y sé que es de obligación 1100
que en lo que fuera razón
procure de contentarte.
YZUF Tu habla tan comedida,
tu donaire, gracia y ser,
claro me dan a entender 1105
que eres, Silvia, bien nacida;
y, aunque pudiera esperar
de ti un rescate crecido,
a tal término he venido,
que tú me has de rescatar. 1110
Mas, en tanto que a la clara
veas cuanto hago por ti,
ven, Silvia, vente tras mí:
verás a tu ama Zahara.
SILVIA Vamos, señor, en buen hora. 1115
YZUF Silvia, no tanto "señor",
pues mi ventura y amor
os ha hecho a vos mi señora.
Sale ZAHARA.
ZAHARA Seáis, Yzuf, bien llegado.
¿Cúya es la esclava rumía? 1120
SILVIA Vuestra soy, señora mía.
YZUF Verdad es: yo la he comprado.
ZAHARA Por cierto, la compra es bella
si cual hermosa es honesta.
Decid, señor, ¿cuánto os cuesta? 1125
YZUF Dado he mil doblas por ella.
ZAHARA ¿Espera ser rescatada?
YZUF De muy rica tiene fama.
ZAHARA ¿Su nombre?
YZUF Silvia se llama.
ZAHARA ¿Es doncella o es casada? 1130
SILVIA Casada soy y doncella.
ZAHARA ¿Cómo es eso, Silvia? Di.
SILVIA Señora, ello es ansí,
que ansí lo quiso mi estrella.
El cielo me dio marido, 1135
no para que le gozase,
sino para que quedase
yo perdida y él perdido.

Aquí entra un MORO diciendo:


MORO Yzuf, a llamarte envía
apriesa el rey nuestro, Azán. 1140
YZUF ¿Dónde está agora?
MORO En Duán,
metido en grande agonía.
Amet, jenízar agá,
y los bolucos bajíes,
y también los debajíes 1145
y oldajes están allá.
Hanse juntado a consejo
sobre que es averiguado
que el rey de España ha juntado
de guerra grande aparejo. 1150
Dicen que va a Portugal,
mas témese no sea maña;
y es bien que tema su saña
Argel, que le hace más mal.
En la guerra hay mil ensayos 1155
de fraude y de astucia llenos:
acullá suenan los truenos
y acá disparan los rayos.
YZUF Vamos: quel cielo, que toma
por suya nuestra defensa, 1160
a España hará, con su ofensa,
sujecta y sierva a Mahoma.
Y vos, señora, ordenad
a Silvia lo que ha de hacer;
y vos, Silvia, a su querer 1165
sujetad la voluntad.

Vanse los dos, y quedan SILVIA y ZAHARA solas.


ZAHARA Cristiana, di: ¿de adónde eres?
¿Eres pobre, o eres rica?
¿De suerte ensalzada, o chica?
No me lo niegues, si quieres, 1170
porque soy, cual tú, mujer,
y no de entrañas tan duras
que tus tristes desventuras
no me hayan de enternecer.
SILVIA Señora, soy de Granada, 1175
y de suerte ansí abatida,
cual lo muestra el ser vendida
a cada paso y comprada.
Dicen que fui rica un tiempo,
pero toda mi riqueza 1180
se ha vuelto en mayor pobreza
y ha pasado con el tiempo.
ZAHARA ¿Has algún tiempo tenido
enamorado deseo?
SILVIA Al estado en que me veo, 1185
el crudo Amor me ha traído.
ZAHARA ¿Fuiste acaso bien querida?
SILVIA Fuilo; y quise con ventaja
tal, que ap[e]na[s la m]ortaja
borrará fe t[an su]bida. 1190
ZAHARA ¿Fuiste querida primero,
o empezó el amor de ti?
SILVIA Primero querida fui
del que quise, querré y quiero.
ZAHARA ¿Es mozo?
SILVIA Y aun gentilhombre. 1195
ZAHARA ¿Es cristiano?
SILVIA Pues ¡qué!, ¿moro?
¡No sale de su decoro
quien ha de cristiano el nombre!
ZAHARA ¿Y es pecado querer bien
a un moro?
SILVIA Yo no sé nada; 1200
sé que es cosa reprobada,
y a cristianas no está bien.
ZAHARA ¿Y querer mora a cristiano?
SILVIA Eso tú mejor lo entiendes.
ZAHARA ¡Ay, Silvia, cómo me ofendes 1205
y me lastimas temprano!
SILVIA ¿Yo, mi señora? ¿En qué suerte?
ZAHARA Escucha y te lo diré;
que, en oyéndome, bien sé
que vendrás de mí a dolerte. 1210
«Has de saber, ¡oh Silvia!, que estos días
partieron deste puerto con buen tiempo
doce bajeles, de cosarios todos,
y con próspero viento caminaron
la vuelta de las islas de Cerdeña; 1215
y allí, en las calas, vueltas y revueltas,
y puntas que la mar hace y la tierra,
se fueron a esconder, estando alerta
si algún bajel de Génova o de España,
o de otra nación, con que no fuese 1220
francesa, por el mar se descubría.
En esto, un bravo viento se levanta,
que maestral se llama, cuya furia
dicen los marineros que es tan fuert[e],
que las tupidas velas y las jarcias 1225
del más recio navío y más armado
no pueden resistirla, y es forzoso
acudir al abrigo más cercano,
si su rigor acaso lo concede.
Las levanta[da]s ondas, el rüido 1230
del atrevido viento detenía
los cosarios bajeles en las calas,
sin dejarles salir al mar abierto;
y en otra parte, con furor insano,
mostrando su braveza fatigaba 1235
una galera de cristiana gente
y de riquezas llena, que, corriendo
por el hinchado mar sin remo alguno,
venía a su albedrío, temerosa
de ser sorbida de las bravas ondas; 1240
pero después, a cabo de tres días,
del recio mar y viento contrast[a]d[a],
descubrió tierra, y fue el descubrimiento
de su mayor dolor y desventura,
porque a la misma isla de San Pedro 1245
vino a parar, adonde recogido[s]
estaban los bajeles enemigos,
los cuales, de la presa cudiciosos,
salen, y de furor bélico armados,
la galera acometen destrozada 1250
y de solos deseos defendida.
Una pelota pasa en el momento
al capitán el pecho, y a su lado
del lusitano fuerte, muerto cae
un caballero ilustre valenciano. 1255
El robo, las riquezas, los cativos
que los turcos hallaron en el seno
de la triste galera me ha contado
un cristiano que allí perdió la dulce
y amada libertad, para quitarla 1260
a quien quiere rendirse a su rendido.»
Este cristiano, Silvia, este cristiano;
este cristiano es, Silvia, quien me tiene
fuera del ser que a moras es debido,
fuera de mi contento y alegría, 1265
fuera de todo gusto, y estoy fuera,
que es lo peor, de todo mi sentido.
Compróle mi marido, y está en casa;
y, puesto que con lágrimas y ruegos,
con sospiros, ternezas y con dádivas, 1270
procuro de ablandar su duro pecho,
al mío, que contino es blanda cera,
el suyo se me muestra de diamante;
ansí que, Silvia, hermana, como has dicho
que al cristiano no es lícito dé gusto 1275
en cosas del amor a mora alguna,
tus razones me tienen ofendida,
y con aquesas mesmas se defiende
Aurelio, a quien ha hecho tan cristiano
el cielo para darme a mí la muerte. 1280
SILVIA ¿Aurelio dices que por nombre tiene,
señora, ese cristiano?
ZAHARA Ansí se llama.
[SILVIA] La galera que dices, según creo,
se llamaba San Pablo, y era nueva
y de la sacra religión de Malta. 1285
Yo en ella me perdí, y aun [ima]gino
que conozco a ese Aurelio, y es un mozo
de rostro hermoso y de nación hispan[a].
ZAHARA Sin duda has acertado, ¡ay, Silvia mía!
¿Quién es este enemigo de mi gloria? 1290
¿Es caballero, o rústico villano?
Que todo lo parece en su apostura
y dura condición: el talle ilustre,
de la ciudad; la condición, del monte.
SILVIA A mí, pobre escudero me parece, 1295
según en la galera se trataba;
que de su hacienda no sé más, señora.
ZAHARA Ni yo sé qué te diga, ¡oh Silvia, Silvia!,
sino que a tal estremo soy venida,
que le tengo de amar, sea quien se fuere. 1300
Sólo te ruego que procures, Silvia,
de ablandar esta tigre y fiera hircana,
y atraerla con dulces sentimientos
a que sienta la pena que padece
esta mísera esclava de su esclavo; 1305
y si esto, Silvia, haces, yo te juro
por todo el Alcorán de buscar modo
cómo con brevedad alegre vuelvas
al patrio dulce suelo deseado.
SILVIA Deja, señora, al cargo a Silvia dello, 1310
que tu verás lo que mi industria hac[e]
por gusto tuyo y por provecho mío.

AURELIO, solo.


[AURELIO] ¡Oh sancta edad, por nuestro mal pasada,
a quien nuestros antiguos le pusieron
el dulce nombre de la Edad dorada! 1315
¡Cuán seguros y libres discurrieron
la redondez del suelo los quen ella
la caduca mortal vida vivieron!
No sonaba en los aires la querella
del mísero cautivo, cuando alzaba 1320
la voz a mal[decir su] dura estrella.
Entonces libert[ad d]ulce reinaba
y el nombre odioso de la servidumb[r]e
en ningunos oídos resonaba.
Pero, después que sin razón, sin lumbre, 1325
ciegos de la avaricia, los mortales,
cargados de terrena pesadumbre,
descubrieron los rubi[o]s minerales
del oro que en la tierra se escondía,
ocasión principal de nuestros males, 1330
este que menos oro poseía,
envidioso de aquel que, con más maña,
más riquezas en uno recogía,
sembró la [c]ruda y la mortal cizaña
del robo, de la fraude y del engaño, 1335
del cambio injusto y trato con maraña.
Mas con ninguno hizo mayor daño
que con la hambrienta, despiadada guerra,
que al natural destruye y al estraño.
Ésta consume, abrasa, y echa por tierra, 1340
los reinos, los imperios populosos,
y la paz hermosísima destierra,
y sus fieros ministros, codiciosos
más del rubio metal que de otra cosa,
turban nuestros contentos y reposos. 1345
Y, en la sangrienta guerra peligrosa,
pudiendo con el filo de la espada
acabar nuestra vida temerosa,
la guardan de prisiones rod[e]ada,
por ver si prometemos por libralla 1350
nuestra pobre riqueza mal lograda.
Y así, puede el que es pobre y que se halla
puesto entre esta canalla al daño cierto
su libertad a Dios encomendalla,
o contarse, viviendo, ya por muerto, 1355
como el que en rota nave y mar airado
se halla solo, sin saber dó hay puerto.
Y no tengo por menos desdichado
al que tiene [co]n qué y el modo ignora
[có]mo llegar al punto deseado, 1360
porque esta gente, do bondad no mora,
no dio jamás palabra que cumpliese,
como falsa, sin ley, sin fe y traidora.
Guardará por su dios al interese,
y do éste no i[nt]erviene, no se espere 1365
que por sol[a vir]tud bondad hiciese.
Aquí en diverso traje veo que muere
el ministro de Dios, y por su oficio
más abatido es, peor se quiere,
y el mancebo cristiano al torpe vicio 1370
es dedicado desta gente perra,
do consiste su gloria y ejercicio.
¡Oh cielo santo! ¡Oh dulce, amada tierra!
¡Oh Silvia! ¡Oh gloria de mi pensamiento!
¿Quién de tu alegre vista me destierra? 1375
Pero, si no me engaño, pasos siento.
Yzuf, mi amo, es éste que aquí viene.
¡Cuán ajeno de sí le trae el tormento!
YZUF Quien con amor amargo se entretiene,
y al duro yugo de su servidumbre 1380
el flaco cuello ya inclinado tiene,
si del cielo no viene nueva lumbre
que aquella ceguedad de los sentidos
con claros rayos de razón alumbre,
todos estos remedios son perdidos; 1385
que al fin irán por tierra derribados
los amigos consejos más sabidos.
Más viejos y más pláticos soldados
tiene el rey a su mando y su servicio;
déjeme a mí, que tengo otros cuidados; 1390
mejor será que el trabajoso oficio
de reparar los fosos y muralla
entregue al que de Amor aún es novic[io];
que yo más cruda y más fiera batalla
espero a cada paso, ¡ay suerte dura!, 1395
que teme el alma y ha de atropellalla.
¡Oh Silvia, reina de la hermosura!,
por vos a los oficios doy de mano
que pudieran honrarme y dar ven[tura].
Pero, ¿qué es lo que he dicho? ¡Oh ciego insano! 1400
¿No vale más gozar de aquellos ojos,
que ser señor del áureo suelo hispano?
Tu beldad, Silvia, adoro aquí de hinojo[s].
AURELIO vuelve, y, hallándole de rodillas, le dice:
[AURELIO] ¿Son éstos los despojos, señor mío,
que el gran cuidado mío te procura? 1405
Por cierto que es locura averiguada
mostrar tan derribada la esperanza.
Ten, señor, confianza; espera un poco,
que das muestras de loco en lo que ha[ces].
YZUF Poco me satisfaces y contentas, 1410
si consolarme tientas con razones.
¿Has visto las faciones de mi diosa?
AURELIO Señor, no he visto cosa. ¿Es ya venida?
Si lo es, retraída está allá dentro.
YZUF Sí está, y aun en el centro de mi pe[cho]. 1415
AURELIO Ten cierto tu provecho desde hoy más.
YZUF Vamos, y verla has, y ten cuidado
de lo que te he rogado, Aur[elio amigo].
AURELIO El cielo será dello [buen testigo].

Vanse, y sale FÁTIMA sola.


[FÁTIMA] El esperado punto es ya llegado 1420
que pide la no vista hechicería
para poder domar el no domado
pecho, que domará la ciencia mía.
Por la región del cielo, el estrellado
carro lleva la noche obscura y fría, 1425
y la ocasión me llama do haré cosas
horrendas, estupendas, espantosas.
El cabello dorado al aire suelto
tiene de estar, y el cuerpo desceñido,
descalzo el pie derecho, el rostro vuelto 1430
al mar adonde el sol se ha zabullido;
al brazo este sartal será revuelto
de las piedras preñadas que en el nido
del águila se hallan, y esta cuerda
con mi intención la virtud suya acuerda. 1435
Aquestas cinco cañas, que cortadas
fueron en luna llena por mi mano,
en esta mesma forma acomodadas,
lo que quiero harán fácil y llano;
también estas cabezas, arrancadas 1440
del jáculo, serpiente, en el verano
ardiente allá en la Libia, me aprovechan,
y aun estos granos si en el suelo se echan.
Esta carne, quitada de la frente
del ternecillo potro cuando nace, 1445
cuya virtud rarísima, excelente,
en todo a mi deseo satisface,
envuelta en esta yerba, a quien el diente
tocó del corderillo cuando pace,
hará que Aurelio venga cual cordero 1450
mansísimo y humilde a lo que quiero.
Esta figura, que de cera es hecha,
en el nombre de Aurelio fabricada,
será con blanda mano y dura flecha,
por medio el corazón atravesada. 1455
Quedará luego Zahara satisfecha
de aquella voluntad desordenada,
y el helado cristiano vendrá luego
ardiendo en amoroso y dulce fuego.
[A vosotros, ¡oh] justos Radamanto 1460
[y Minos!, que con leyes inmutables]
en los escuros reinos del espanto
regís las almas tristes miserables;
si acaso tiene fuerza el ronco canto
o mormurio de versos detestables, 1465
por ellos os conjuro, ruego y pido
ablandéis este pecho endurecido.
¡Rápida, Ronca, Run, Raspe, Riforme,
Gandulandín, Clifet, Pantasilonte,
ladrante tragador, falso triforme, 1470
herbárico pastífero del monte,
Herebo, engendrador del rostro inorme
de todo fiero dios, a punto ponte
y ven sin detenerte a mi presencia,
si no desprecias la zoroastra ciencia! 1475

Sale un DEMONIO y dice:


[DEMONIO] La fuerza incontrastable de tus versos
y mormurios perversos me han traído
del reino del olvido a obedecerte;
mas, ¡oh mora!, quel verte en esta empresa
infinito me pesa, porque entiendo 1480
que es ir tiempo perdiendo.
FÁTIMA ¿Por qué causa?
DEMONIO Pon al conjuro pausa, y al momento
satisfaré tu intento en lo que pides,
si acaso tú te mides y acomodas
a mis palabras todas y consejos. 1485
Todos tus aparejos son en vano,
porque un pecho cristiano, que se ar[r]ima
a Cristo, en poco [esti]ma hechicerías.
Por muy diversas vías te con[v]iene
atraerle a que pene por tu amiga. 1490
FÁTIMA ¿Ansí questa fatiga no aprovecha?
DEMONIO En balde ha sido hecha. Mas escucha,
que con presteza mucha y sin rodeo
cumplirás tu de[se]o [e]n este modo:
en el infierno [todo n]o hay quien haga 1495
más cruda y fiera [pl]aga entre cristianos,
aunque muestren más sanos corazones
y limpias intenciones, que es la dura
necesidad que apura la paciencia;
no tiene resistencia esta pasión; 1500
la otra es la ocasión. Si estas dos vien[en]
y con Aurelio tienen estrecheza,
verás a su braveza der[r]ibada
y en blandura tornada, y con sosiego,
[reg]alarse en el fuego d[e Cup]ido. 1505
FÁTIMA [Pues esas dos te pido que me invíes],
y que no te desvíes desta empresa.
[DEMONIO] Tu mandado se hará con toda priesa.

Vanse.


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