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Monasterio de Yuso

El origen de la construcción del monasterio de Yuso, o de abajo, se refleja en una leyenda que narra que el rey García, el de Nájera, ordenó el traslado de los restos de San Millán que se encontraban en Suso al monasterio de Santa María La Real de Nájera. Los bueyes que tiraban de la carreta se detuvieron en el valle como si los restos del Santo no quisiesen abandonarlo y se construyó en ese lugar el nuevo monasterio.

El actual se construye entre los siglos XVI y XVIII. La portada de acceso se realizó en 1661 y en ella aparece el relieve de San Millán “Matamoros” ya que según la tradición combatió al islam junto con Santiago en la batalla de Simancas.

El claustro bajo se comenzó en 1549 y aunque sus bóvedas son góticas la concepción es renacentista. El superior es clasicista y contiene veinticuatro cuadros de José Vexes, cuyas escenas principales versan sobre la vida de San Millán, escrita por San Braulio, Arzobispo de Zaragoza.

La iglesia del monasterio, comenzada en el año 1504, se terminó en 1540. El grandioso retablo del altar mayor contiene un lienzo de Fray Juan Ricci, que representa a San Millán a caballo en la batalla de Hacinas. La sacristía es una de las más bellas de España; comenzó a usarse como tal hacia 1693. Los frescos del techo del siglo XVIII, sin haber sido restaurados, conservan toda la riqueza del color original. La cajonería es de nogal, encima de ella hay veinticuatro óleos sobre cobre de estilo barroco.

La sillería de coro bajo fue realizada por un tallista flamenco en torno a 1640, el trascoro de estilo rococó francés está decorado con esculturas de bulto redondo que representan a discípulos de San Millán, destacando por su belleza el púlpito plateresco. El coro alto está sostenido por un arco con dieciséis medallones.

La estantería de los cantorales del monasterio conserva en su haber veinticinco volúmenes. El archivo y biblioteca monasterial, de gran valor para los investigadores, está considerado entre los mejores de España; en él se guardan dos cartularios y trescientos volúmenes originales. En la sala de exposiciones, entre otras piezas valiosas, resaltan las réplicas de los marfiles románicos de las arquetas: relicarios de San Millán del siglo XI y de San Felices del siglo X.


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