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La lírica tradicional castellana

Mil años de presencia. Desde los orígenes (siglo XI) hasta nuestros días

LÍRICA CASTELLANA DE TIPO TRADICIONAL[Damaso Alonso y José Manuel Blecua. Antología de la poesía española. Lírica de Tipo Tradicional, Editorial Gredos, Madrid 1964]

Hasta mediados del siglo XV en que el mundo cortesano sintió afición por una poesía anterior que a duras penas había sobrevivido no se recogen en lujosos Cancioneros -a modo de antologías- letra y música de una poesía en parte perdida, enparte recreada. El Cancionero de Palacio, el de Hernando del Castillo o el Cancionero General, por ejemplo. Le damos el nombre genérico de Lírica de tipo tradicional en la que se incluyen más de mil años de creación ininterrumpida, desde las jarchas a la poesía de Lopeo Góngora (seiscientos años); pero que con ese nombre perfectamente podíamos incluir poemas del siglo XIX o, con no menos acierto, poemas de La generación del 27, Alberti o García Lorca, por ejemplo.

Se trata de una corriente en apariencia sencilla y candorosa, no exenta ni de artificiosidad técnica ni de finura literaria. En esos mismos cancioneros se incluyen poemas que a pesar de su forma son claramente cultos y con tanta maestría métrica que, en siglo XV, el arte de componer versos recibe el nombre de gaya ciencia o como la llamó Machado “arte de gay saber”.

En castellano los estudiosos han encontrado muestras en Berceo, el canto de vela durante las guardias nocturnas en la noche del nacimiento del Niño Jesús: “Eya velar, eya velar, ella velar…” O en el conocido “en Calatañazor”/ perdió Almanzor/ el atambor”. La mayor parte se perdió.

En Galicia y Portugal esta floración admirable se dio en los siglos XII y XIII y se recogió en Cancioneros como el de Ajuda, Vaticana o el Colocci-Brancuti, valorados especialmente en el romanticismo. Llaman la atención los poemas paralelísticos en cuanto a la forma y por su temática los poemas amorosos “de amigo”, más sencillos que los de amor y diferentes de los “poemas de ingenio y maldecir”

En la corriente Galáico-Portuguesa debemos recordar el Libro de Las cantigas a Santa María de Alfonso X el Sabio, caso llamativo por considerar el rey que la dulzura de la lengua gallega era más propicia que la castellana para la lírica hasta defender que en España la lírica debía escribirse en gallego.

Resalto este poemario de más de cuatrocientas composiciones por ser uno de los más bellos en su lujoso texto dentro de esta corriente artística y espléndido poemario dedicado a María.

Menéndez y Pelayo en suobraEstudios y discursos de crítica histórica y literaria [MENÉNDEZ Y PELAYO, Marcelino Estudios y discursos de crítica histórica y literaria: CSIC, Santander,1941] diferencia dos tipos de composiciones, unas propiamente líricas y otras, aunque líricas por su forma métrica y por su actitud emotiva, están más cerca de lo propiamente narrativo. Los primeros pertenecen a la tradición de los Loores a la Virgen, los otros a los milagros, como hemos de ver en la obra de Berceo

LÍRICA TRADICIONALEN EL SIGLO XV

Mención especial debe hacerse de la extraordinaria floración de la poesía de tipo tradicional que tendrá lugar en la corte de Los Reyes católicos. A don Marcelino Menéndez y Pelayo le debemos el estudio crítico y la selección de una antología extensa de los principales compositores [MENÉNDEZ Y PELAYO, Marcelino: Antología de Poetas Líricos Castellanos, Volumen III, CSIC, Santander 1944.]. El cancionero de Hernando del Castillo o El Cancionero de Palacio recogen muestras poéticas de un variado número de poetas o trovadores. En ellas aparecen las corrientes poéticas en las que brilla el ingenio conceptista que ha de caracterizar a la poesía en castellano, claramente diferenciada de la estética de origen italiano, introducida por Garcilaso. Dos corrientes estéticas que llegan hasta nuestros días. Entre la diversidad de estilos cabe destacar la presencia de la estética tradicional que empieza en las jarchas, pasa por las canciones de amigo de la literatura galáico-portuguesa y alcanza su plenitud en las composiciones que denominamos villancicos, vocablo que terminó asociado a los poemas y canciones navideños, por la calidad y abundancia de poemas dedicados al nacimiento del Niño-Dios. En la obra narrativa “Los pastores de Belen” aparece la colección más admirable y lograda de estos villancicos en su doble sentido de poesía tradicional y canciones dedicadas a la Madre, al Niño, a los pastores o a los Reyes Magos,etc. El gran teatro nacional del siglo de Oro cancioncillas tradicionales que constituían el eje de todo el drama como es el caso de El caballero de Olmedo o en Peribañez y el Comendador de Ocaña, por ejemplo.

En el romanticismo y Realismo del XIX la afición por el folklore revitalizó el resurgir de esta poesía (reducida ya a copla, seguidilla y soleá. Recordemos a Cecilia Böhl de Faber, Antonio Machado (padre de Antonio y Manuel, poetas) o Rodríguez Marín que publicaron y divulgaron colecciones de estas poesías. Además de las antologías que hemos ido citando (Blecua, Alcin, Romeralo) mención especial merece las Canciones populares recopiladas y armonizadas por Federico García Lorca en la que cabe mencionar la canción “De los cuatro muleros”, “Yo me subí a un pino verde” o el zéjel de“Las tres Morillas”. De entre todas las regiones de España es Asturias la que ha tenido mayor empeño en conservar la lírica medieval y la moderna canción popular.


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