La política, ¿poder o servicio?
10 y 11 de octubre de 2020
PROGRAMA DE ACTIVIDADES
Vivir, para el ser humano, es convivir. La vida en sociedad no es algo añadido u opcional para el ser humano, algo convencional y que pueda fabricar a su antojo, sino una dimensión constitutiva fundamental. La persona humana es un ser único e irrepetible, llamado a configurar su vida mediante el desarrollo responsable de su libertad a través de la convivencia.
La vida social satisface necesidades que una persona nunca podría satisfacer, y le ofrece posibilidades que nunca podría desarrollar por sí sola; con ello hace posible su supervivencia y su desarrollo material, moral y espiritual. El ser humano no puede dejar de convivir sin deshumanizarse. Pero la convivencia entre seres libres es complicada. En ella se dan tensiones, es preciso coordinar la libertad de los individuos y el orden social.
Por eso es necesaria una autoridad dotada de conocimiento y de poder efectivo que sirva a la sociedad coordinándola, que intente armonizar el interés particular y el bien común orientando los esfuerzos de todos hacia este último.
Y esta es la razón de ser de la actividad política. Es preciso promover el bien común y defender la dignidad de las personas que la componen. Todos deben colaborar solidariamente a ello, pero hay que recordar que el sentido y la razón de ser de la vida social es el bien de las personas, que son siempre el sujeto, el principio y el fin de la vida en sociedad.
El ser humano no está ordenado a la comunidad política según todo su ser y según todo lo que le pertenece. Forma parte de una sociedad, pero no es sólo ciudadano; primero y ante todo es persona y portador de una dignidad inviolable. Ciertamente, en cuanto ciudadano, forma parte de la sociedad y se debe al bien común, pero no pierde por ello su identidad y dignidad personal. No es una simple parte del todosocial. Antes bien, la sociedad es para las personas y no las personas para la sociedad.
El contenido esencial del bien común social es el bien y la dignidad de las personas, porque la sociedad, en el fondo, son las personas mismas y las relaciones que éstas fundan entre sí, y no el aparato de poder que organiza la vida. Este, el poder político, es un medio al servicio de la sociedad y del bien de las personas, que son su fin.
Para la cultura griega la polis, la ciudad,era el núcleo de la vida, el ámbito propiamente humano que le decía a cada hombre quién es y quiénes son “los suyos”. Le marcaba derechos y deberes, aportándole relaciones que le hacían vivir como un ser humano “civilizado” y no como un animal salvaje. Por ello la índole de la política era moral, porque tenía como fin esencial el desarrollo pleno de lo humano.
Con el Renacimiento -Maquiavelo y Lutero principalmente- la política se convertirá en una técnica para hacerse con el poder y utilizarlo con eficacia. Este sentido es el que ha prevalecido en general, desvinculándose de su vocación moral. El Estado moderno, dotado de poder absoluto aunque se revista de maquillaje democrático, se apropiará fácilmente de los atributos de un “dios en la tierra”: “El Estado es el fin y los ciudadanos son los medios”, como llegará a afirmar Hegel.
Esta es la cuestión que nos planteamos en este FORUNIVER DE OTOÑO:
Lo haremos online, a través del canal de YouTube del Equipo Pedagógico Ágora.
FORUNIVER es una amistad que crece. Gaudeamus! Te esperamos.
Todas las charlas del encuentro
- Alberto Galiana García
Ex Consejero de Educación del Gobierno de la Rioja
- Mar Carranza Jiménez
Politóloga y socióloga
- Fernando Carbajo López
Catedrático de Filosofía. Ex Jefe de gabinete de la Consejería de Educación del Gobierno de Navarra
- Juan Antonio Gómez Trinidad
Catedrático de Filosofía. Ex Director General de Educación del Gobierno de la Rioja y Ex parlamentario.
- Santiago Arellano Hernández
Catedrático de Literatura. Ex Director General de Educación del Gobierno de Navarra