La intimidad personal
Ante la amenaza de las redes sociales y las nuevas tecnologías
29 abril-1 mayo de 2022
PROGRAMA DE ACTIVIDADES
Un padre llevó a su hija pequeña a un parque de atracciones. Al llegar, ella corrió a un quiosco y pidió un algodón de azúcar. El dependiente le entregó una inmensa bola de algodón. El padre le preguntó: «-Cariño, ¿estás segura que puedes comértelo todo? -No te preocupes, papá, respondió. Soy mucho más grande por dentro que por fuera».
En su ingenuidad la niña dijo una gran verdad. El ser humano, la persona, es más grande por dentro que por fuera. Por dentro somos tan grandes que el mismo Espíritu Santo mora en nosotros. Y nuestro interior -eso que solemos llamar el corazón o la conciencia- revela nuestra dimensión más valiosa y profunda: ese yo íntimo que somos cada uno y de donde nacen nuestras acciones, pensamientos, sentimientos y deseos.
La intimidad es, por decirlo así, el núcleo de la persona, aquello por lo que no somos “algo” sino “alguien”. Es lo más sagrado, la dimensión más profunda de nuestra personalidad, que solo damos a compartir a quienes son a su vez nuestros “íntimos”, en quienes depositamos nuestra confianza, el conocimiento de lo más profundo y verdadero de nosotros mismos. Hoy suele hablarse más bien de “privacidad” por oposición a lo “público”, a lo que los demás pueden conocer y manejar. Por decirlo así, la privacidad es como la cáscara protectora de la intimidad, de lo nuclear de la persona.
En la actualidad padecemos una creciente exposición pública y una manipulación de datos y vivencias personales, con la consiguiente amenaza para nuestra seguridad e intimidad. A través de diferentes aplicaciones ofrecemos nuestros datos a los usuarios de las redes y sabemos que existe un tráfico global de tales datos. Por medio de las «cookies» las empresas recolectan información de los consumidores para personalizar y dirigir los anuncios publicitarios en la Web.
Preocupa la generalizada invasión que desde las nuevas tecnologías de la información y la comunicación se lleva a cabo en la intimidad de las personas, sin respeto a su dignidad ni consideración a lo que son, piensan y sienten en su interior. Puede hablarse en cierto modo de una violación -a veces consentida- de la vida íntima.
Recientemente, un equipo de las Universidades de Vermont (EE.UU.) y Adelaida (Australia) reunió más de 30 millones de publicaciones en Twitter de 13.905 usuarios. Con este material, mostraron que la información contenida en los mensajes de ocho o nueve de sus contactos, hace posible predecir los tuits posteriores de esa persona con la misma precisión que si estuvieran viendo directamente su propia cuenta de Twitter. La conclusión es que «no hay lugar para esconderse en una red social». La inteligencia artificial, imitando el razonamiento humano, multiplica el riesgo. Al conversar estamos dando datos de manera inadvertida y pueden ser usados de manera que no sospechamos.
Por otro lado, las neurotecnologías están jugando un papel central en la neurociencia y pueden impactar beneficiosamente en la medicina, la economía y la sociedad del futuro. Pero, al mismo tiempo, combinadas con la inteligencia artificial, pueden descifrar y manipular procesos mentales y estimular cognitivamente a las personas, conectándolas a las interfaces cerebro-computadora, alterando lo que significa ser humano y actuando sobre la privacidad mental, accediendo a la información de nuestra mente, tanto consciente como subconsciente. Con ello se busca descifrar los patrones de pensamiento que suceden dentro del cerebro e intervenir sobre ellos, una acción mucho más seria, desde luego, que copiar los datos a través de la cuenta de Facebook.
Se empiezan a reclamar orientaciones éticas para la neurotecnología y la inteligencia artificial; se habla de nuevos derechos humanos -“los neuroderechos”- para garantizar que esta nueva revolución tecnológica se canalice éticamente. Nos asomamos a un mundo nuevo y diferente. ¿Un mundo mejor…?
Todo ello nos ha parecido de gran importancia y actualidad, y nos lleva a reflexionar sobre:
FORUNIVER es una Escuela de humanismo que pretende suscitar el encuentro con los valores de sentido, a los que en el fondo aspira el corazón. En nombre de todos cuantos hemos puesto nuestro entusiasmo en esta aventura ilusionante, te envío nuestra invitación más cordial.
Te esperamos. No vengas solo/a. FORUNIVER es una amistad que crece. Gaudeamus!
- Francisco Hernández Guerrero
Fiscal delegado de criminalidad informática de la Fiscalía Provincial de Granada
- Santiago Arellano Hernández
Catedrático de Literatura. Ex Director General de Educación del Gobierno de Navarra