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La Cartuja de Miraflores

(Cfr. http://www.cartuja.org/)

La Cartuja de Miraflores, de estilo isabelino, ostenta altos muros con contrafuertes y ventanas ojivales propias del gótico avanzado y alberga una gran riqueza artística. Su silueta recuerda la de un cofre o joyero y ciertamente de alguna manera lo es, tanto por su contenido artístico como por la intensa vida espiritual que en el interior de aquellos se atesora.

La Cartuja de Miraflores
Habitan la Cartuja de Miraflores una veintena de monjes pertenecientes a la orden religiosa de la Cartuja. Su fundador fue san Bruno, nacido en Colonia (Alemania) hacia 1030. Fue muchos años canónigo y maestro de estudios en la escuela catedralicia de Reims (Francia). Suele decirse de la orden: Nunca reformada porque nunca deformada

La Iglesia de la Cartuja pertenece al monasterio fundado por Juan II de Castilla, que cedió en 1442 a los monjes el palacio de la quinta de recreo que había ordenado construir Enrique II hacia el año 1400.

La construcción de la iglesia comenzó en 1454 por Juan de Colonia; la continuó Garci-Fernández Matienzo y la concluyó en 1488 Simón de Colonia, convirtiéndose en uno de los conjuntos más destacados del arte gótico de finales del s. XV.

La iglesia es de una sola nave y cuenta con un ábside poligonal con bóvedas estrelladas. Destaca la puerta de ingreso desde el atrio, con los escudos del fundador, y la del claustro; la Capilla del Santísimo Sacramento, el retablo mayor, obra de Gil de Siloé y; sobre todo, el sepulcro de planta de estrella de Juan II e Isabel de Portugal, obra también de Gil de Siloé.

El retablo de la Iglesia

La Cartuja de Miraflores

Este retablo de madera policromada fue realizado por Gil de Siloé entre 1486 y 1499, es sin duda la obra maestra de este escultor, que sorprende por la riqueza ornamental y, sobre todo, por la complejidad de formas y símbolos que la componen.

En su estructura general se aparta de los modelos ortogonales habituales en los que el sentido narrativo lleva un orden secuencial establecido en torno al registro de la calle central. En este, aunque también se inscribe en un gran rectángulo, la disposición de los motivos en enmarques circulares alcanza una singular originalidad.

El tema central es una Piedad en donde la figura de Cristo crucificado se inscribe en un gran círculo (alusión a la Eucaristía) y a los pies de la cruz las figuras verticales de la Virgen y San Juan; en el interior de este círculo otros cuatro más pequeños representan escenas de la Pasión, y en el exterior, también inscritos en círculos, los evangelistas. El resto de las figuras no respetan una proporción uniforme, sino que varían de tamaño en función de su emplazamiento e importancia.

En la parte inferior se representa la Anunciación y el Nacimiento, también en círculos, y en los laterales se encuentran las estatuas orantes y los escudos de armas de los reyes. Es espectacular el mausoleo del rey Juan II y su esposa Isabel de Portugal. Esculpido sobre alabastro es de un romanticismo sobrecogedor. Ambos cónyuges aparecen muertos sobre un mismo lecho con las manos entrelazadas.

La Cartuja de Miraflores

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