El desafío del Islam

El Islam entró en la historia a principios del siglo VII como una religión dispuesta a conquistar para Dios un mundo que consideraba decadente. El monoteísmo predicado por Mahoma no es una religión cuyos seguidores atribuyan al Profeta, sino que la consideran directamente revelada por Dios.

Evidentemente, no es sólo una religión, a no ser que se entienda que la religión lo abarca todo en la vida de modo absoluto. De modo muy especial, el ámbito político. El hecho religioso islámico y su fuerza estructuradora de la sociedad se nos presentan como un fenómeno polivalente que ha dejado una importante huella en la historia de la humanidad y que en estos momentos entraña un evidente desafío, al proporcionar una identidad espiritual y cultural a mil millones de personas en los cinco continentes, y cuya expansión demográfica no cesa.

En particular, hoy Occidente –un Occidente invertebrado, secularizado y aquejado de una muy extendida crisis de sentido- ve en el Islam un auténtico desafío. Una fuerza social y cultural que hay que tener presente.

Occidente está perplejo ante el Islam. También ante sí mismo, desde luego. Pero el Islam está llevando al propio Occidente a preguntarse por sí mismo. Sorprende, especialmente, que alguien esté dispuesto a matar y a morir invocando su fe cuando en Occidente la religión se presume cada vez más como algo irrelevante.

Junto con una religiosidad muy hondamente vivida en muchos casos, se asiste a un radicalismo creciente –que para muchos es incluso objeto de fascinación-, en el que caben, además de la violencia justificada en nombre de Dios, el menosprecio de aspectos como la dignidad y la libertad de la persona como tal, la absoluta dependencia de las realidades creadas ante la fe, la falta de reconocimiento de una justicia y un orden legal iguales para todos.

El mundo islámico, por su parte, considera a Occidente como un mundo cristiano en decadencia, de arrogancias imperialistas, plagado de concesiones al secularismo, a la irreligiosidad y a la corrupción moral generalizada.

Se trata en suma de dos miradas rivales y deformadas en su visión recíproca, con cierto fundamento en la realidad pero sin perspectiva suficiente para un adecuado entendimiento mutuo.

Por eso, porque no podemos abandonarnos a los prejuicios, el temor y la ignorancia, traemos a nuestra reflexión

FORUNIVER es una Escuela de humanismo que pretende suscitar el encuentro con los valores de sentido, a los que en el fondo aspira el corazón.

En nombre de todos cuantos hemos puesto nuestro entusiasmo en esta aventura ilusionante, te envío nuestra invitación más cordial. Te esperamos. No vengas solo/a. FORUNIVER es una amistad que crece. Gaudeamus!

Andrés Jiménez, director pedagógico