Clasificación clásica de las pasiones / afectos
Las “pasiones”, en el sentido clásico, designan los fenómenos afectivos; se trata de movimientos interiores originados por el conocimiento de un bien que nos atrae o de un mal que nos repugna. No son malas ni buenas moralmente en sí mismas; ello depende del grado de voluntariedad que les acompaña y de la índole de su objeto, según lo cual serán nobles o desordenadas.
La clasificación tradicional de las pasiones, debida a Tomás de Aquino, se hace a partir de dos tendencias básicas: el apetito (concupiscencia) y la agresividad:
- el apetito de placer,que tiene por objeto inmediato un bien sensible, y cuyo movimiento propio es el amor sensible, la búsqueda y satisfacción ante el bien deleitable.
- la agresividad, que tiene por objeto inmediato un mal sensible, y cuyo movimiento propio es el odio, o rechazo de lo que se percibe sensiblemente como malo.
a la vista de la clasificación anterior:
AMOR (sensible): atracción e inclinación sensible al bien en general ODIO: inclinación al rechazo de todo mal sensible (tomado en sí mismo) DESEO: tendencia sensible dirigida hacia un bien ausente ALEGRÍA (PLACER): agrado por la posesión de un bien sensible ESPERANZA (ILUSIÓN): deseo de un bien difícil pero alcanzable DESESPERACIÓN: tendencia/estado ante un bien deseado pero inalcanzable AVERSIÓN: repugnancia o rechazo de un mal ausente AUDACIA (VALENTÍA): inclinación experimentada ante un mal ausente vencible MIEDO, TEMOR: rechazo ante un mal ausente pero inevitable IRA: rechazo ante un mal presente TRISTEZA (DOLOR, SUFRIMIENTO): desagrado ante un mal presente |