El señor de las moscas
(The Lord of the Flies)
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DIRECTOR:
HARRY HOOK (1990, U.S.A)
ACTORES:
Balthazar Getty; Andrew Taft; Chris Furrh; Daniel Pipoly;
Adaptación de la novela de WILLIAM GOLDING.
Un avión que transportaba a 25 cadetes -ninguno mayor de 13 años- cae al mar. Pese al peligro, todos consiguen llegar a una isla desierta. Lejos de todo rastro de civilización, los niños se organizan en una forma primitiva de grupo social. Enfrentados a la tarea de sobrevivir, se organizan en un grupo que queda al mando de dos líderes, Ralph y Jack. A pesar de los esfuerzos de Ralph por mantenerse unidos, el grupo va degenerando en una horda salvaje en la cual la violencia encuentra un lugar preponderante. El grupo se dividirá y la mayoría iniciará una regresión hacia una forma tribal basada en la supervivencia del más fuerte.
¿Lobo para el hombre?...
"Hicimos todo lo que los adultos hubieran hecho ¿qué fue lo que hicimos mal?" es el lamento de Piggy cuando el grupo de náufragos se divide. La novela de William Golding, filmada por Harry Hook, concluye que es precisamente eso -haber hecho lo que los adultos hubieran hecho- lo que está mal.
La brillante novela de Golding es sombría en su visión de la naturaleza humana. La niñez no es la etapa inocente de la vida: es el germen de la violencia innata en el hombre. El Señor de las Moscas es, en esta instancia, una alegoría pesimista de la historia de la humanidad.
El filme, que plantea los elementos esenciales de la novela, cobra vigencia en estos tiempos de violencia social.
William Golding escribió su novela bajo los efectos de la Segunda Guerra Mundial. Su análisis de la sociedad contiene muchas características propias de una visión negativa del mundo, debido probablemente a la guerra.
El Señor de las Moscas mantiene una postura extrema -quizás discutible-, defendida de acuerdo a las circunstancias imperantes en el momento histórico en que fue escrita. Pero late en el trasfondo de esta mirada acerca del ser humano la idea de que por naturaleza “el hombre es un lobo para el hombre”. A partir de esta sombría reflexión queda la pregunta acerca de la sociabilidad natural del ser humano. Los propios personajes se pregunta acerca de la bondad natural del ser humano propugnada por un tal “Rusó…”
Quizás no esté de más traer a colación que entre ambas tesis -la maldad y la bondad del ser humano según su naturaleza- quepa otra mirada diferente, a la vez realista pero más esperanzadora: la que señala la existencia de una quiebra en la naturaleza humana, fruto de una herida original, y a la vez su radical aspiración al bien y a la felicidad, lo que habla de un proyecto creador y al mismo tiempo de la apertura a una revelación sorprendente: la promesa una Redención.