El drama del hombre moderno y contemporáneo
FASCINADOS POR LA MARAVILLA DE DIOS
La pérdida de Dios en medio de la cotidianidad de la vida humana, (El sentido de la presencia providente en cada suceso y en cada momento) que separa la sociedad de la cristiandad europea hasta el siglo XVI o si se quiere el XVIII, de la actual, trae unas consecuencias demoledoras para la vida de cada ser humano, a pesar de los aparentes éxitos de la ciencia y de la tecnología, y probablemente muy relacionado con ello. La muerte de Dios ha traído la muerte del hombre. Es decir un semoviente que ignora su fin y ha olvidado los fundamentos de la Verdad, Belleza y Bien. El ser humano se encuentra desorientado y solo. Zafiedad y chabacanería. Amargura. Desesperación.
El hombre necesita volver al Dios que es amor, para recuperar una Unos ejemplos admirables de creadores conversos que dotados de cualidades excepcionales, el encuentro con Cristo y la Iglesia, crean mundos de belleza tan sublimes como el de los antiguos monasterios románicos o las maravillas de las catedrales góticas, el recogimiento divinal de la música gregoriana, o el candor y reciedumbre de la palabra de Berceo, Fray Luis o San Juan de la Cruz.