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Visita al Museo Nacional de Escultura

Lugar privilegiado de conocimiento y disfrute de la escultura

Museo Nacional de Escultura
El Museo Nacional de Escultura, ubicado en este colegio desde 1933, es un lugar privilegiado de conocimiento y disfrute de la escultura, gracias a la originalidad de sus colecciones artísticas que hacen de él uno de los primeros museos europeos en su género

El Colegio de San Gregorio de Valladolid, sede principal del Museo Nacional de Escultura, es uno de los mejores ejemplos de la arquitectura del periodo de los Reyes Católicos. En particular, su patio y su portada son célebres por su refinada ornamentación, las elegantes proporciones y una ostensible simbología del poder real.

Igualmente interesante es su historia como institución docente. Destinado a colegio de Teología para frailes dominicos, adquirió una notable autoridad doctrinal y actuó como un semillero espiritual y político de la España renacentista y barroca. En él cursaron teólogos de gran prestigio y personalidades de las letras o las leyes como Bartolomé de las Casas, Melchor Cano, Luis de Granada o Francisco de Vitoria.

La creación del Colegio, bajo la advocación del doctor de la Iglesia San Gregorio, se debe al dominico Alonso de Burgos, obispo de la diócesis de Palencia y confesor de los Reyes Católicos.

El Museo Nacional de Escultura, ubicado en este colegio desde 1933, es un lugar privilegiado de conocimiento y disfrute de la escultura, gracias a la originalidad de sus colecciones artísticas que hacen de él uno de los primeros museos europeos en su género.

Dichas colecciones están formadas por dos núcleos principales: las obras de género religioso en madera policromada (siglo XIII a XVIII) y el conjunto de copias (siglos XIX y XX), procedente del extinguido Museo Nacional de Reproducciones Artísticas. Nuestra visita se ciñe al primero de ellos.

Colegio de San Gregorio

Así, la colección histórica que dio origen al Museo, formada por escultura de tema religioso, destaca por la calidad artística y la originalidad técnica, por su patetismo y su carga emocional en tanto que imágenes sagradas; y, finalmente, por su valor como documento de la vida espiritual, cultural y política de la España de la Era Moderna.

Las esculturas, talladas en madera y policromadas, ofrecen un amplio repertorio: figuras aisladas, relieves, sepulcros, sillerías y retablos así como un Belén napolitano con más de seiscientas figuras y accesorios. A ello se añaden los artesonados de madera, originales del edificio o adquiridos como piezas de colección.

Los artistas de referencia son grandes maestros activos en Castilla entre los siglos XVI y XVIII: Alejo de Vahía, Alonso Berruguete, Felipe Bigarny, Pompeo Leoni, Juan de Juni o Gregorio Fernández. A ellos empezaron a añadirse desde 1933 esculturas de distintas escuelas y talleres españoles, con obras de Pedro de Mena, Martínez Montañés, Alonso Cano, Carmona o Salzillo.

Lo escaso del tiempo disponible exige una selección de las obras más representativas o espectaculares. La madera policromada adquiere en algunas de estas tallas una fuerza expresiva y una vitalidad espiritual tan difíciles de describir, que por sí mismas -desde luego, mucho más que por las fichas explicativas que jalonan las distintas salas, en nuestra opinión- muestran la fecundidad del espíritu humano y la creatividad del genio y del oficio de grandísimos artistas.

Anónimo alemán s. XIV A. Berruguete
Anónimo alemán s. XIV A. Berruguete

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