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El ser humano: persona masculina y persona femenina

PREDISPOSICIÓN A LA COMPLEMENTARIEDAD, AL RESPETO Y A LA AYUDA MUTUA

Andrés Jiménez Abad
(Rev. ESTAR, junio 2013, págs.15-22)

La ideología de género

Se ha estado oyendo durante estos últimos años la expresión "género" y muchos se imaginan que es solo otra manera de referirse a la división de la humanidad en dos sexos, pero detrás del uso de esta palabra se esconde una ideología que busca precisamente acabar con la distinción y referencia mutua del sexo masculino y femenino.

Esta ideología afirma que las diferencias entre el varón y la mujer no corresponden a una naturaleza fija que haga a unos seres humanos varones y a otros mujeres. Las obvias diferencias anatómicas serian irrelevantes e incluso deberían ser suprimidas. Las diferencias de manera de pensar, obrar y valorarse a sí mismos serían el producto de la cultura -de unas relaciones de poder- en una época determinada, que asigna a unos y otros ciertas características que se explican por las conveniencias de las estructuras sociales.

Se insiste en la “desconstrucción” (destrucción) de la familia -sobre todo a través de la política, la educación y la utilización de un nuevo lenguaje-, no sólo porque esclaviza a la mujer, sino porque condiciona socialmente a los hijos para que acepten la familia, el matrimonio y la maternidad como algo natural, como dice Nancy Chodorow.

En concreto, afirman siguiendo a Engels, amigo y colaborador de Marx, que “todo matrimonio se funda sobre la posición social de los contrayentes, y sería una prostitución en la que la mujer sólo se diferencia de la cortesana ordinaria en que no alquila su cuerpo a ratos, como una asalariada, sino que lo vende de una vez para siempre como una esclava.” “La mujer se ha convertido en la criada principal. La familia moderna se funda en la esclavitud doméstica. El hombre es en la familia el burgués; la mujer representa en ella al proletariado.” (Cita de El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado).

Una sociedad patriarcal -en la que el poder dominante corresponde al varón- genera relaciones en las que el hombre es el dominador y la mujer la sometida. La máxima expresión de esta sumisión sería el “rol” (papel social) o estereotipo de la maternidad, organizada y protegida en el marco de la familia. Así ha sido hasta ahora, pero si las mujeres se hacen con “las fuerzas de reproducción” (la expresión es de Sulamithe Firestone), acabarán con la opresión que hasta ahora han venido padeciendo. Por eso el objetivo es el “empoderamiento” de “las mujeres”. Ya no se usa la expresión “la mujer”, en singular, puesto que denotaría la existencia de una esencia o naturaleza objetiva. Sólo existen los individuos y las relaciones de poder que generan. No se nace hombre ni mujer. Según la expresión de Simone de Beauvoir, el hombre y la mujer “se hacen”.

El feminismo de género busca establecer una igualdad total entre hombre y mujer sin considerar las naturales diferencias entre ambos, especialmente las diferencias sexuales; más aún, relativizan la noción de sexo de tal manera que, según ellos, no existirían dos sexos, sino más bien muchas "orientaciones sexuales”. Se insiste en la “desconstrucción” (destrucción) de la familia -sobre todo a través de la política, la educación y la utilización de un nuevo lenguaje-, no sólo porque esclaviza a la mujer, sino porque condiciona socialmente a los hijos para que acepten la familia, el matrimonio y la maternidad como algo natural, como dice Nancy Chodorow.

La igualdad feminista radical significa, no simplemente igualdad bajo la ley y ni siquiera igual satisfacción de derechos y necesidades básicas de “la mujer”, sino más bien que “las mujeres” -al igual que los hombres- no tengan que dar a luz. La destrucción de la familia biológica permitirá, según Alison Jagger, la emergencia de “mujeres y hombres nuevos”.

Las "feministas de género" incluyen como parte esencial de su agenda la "libre elección" en asuntos de reproducción y de estilo de vida. Pero “libre elección de reproducción" es la expresión clave para referirse al aborto a solicitud; mientras que "estilo de vida" apunta a promover la homosexualidad, el lesbianismo y toda otra forma de sexualidad fuera del matrimonio. Así, denuncia abiertamente la escritora Dale O’Leary, la nueva perspectiva de género tiene como objeto propulsar la agenda homosexual/lesbiana/bisexual/transexual, y no los intereses de las mujeres de carne y hueso, normales y corrientes. Cada cual podría “construirse sexualmente” como desee. A ello ayudarán el recurso a la cirugía, los tratamientos hormonales, la reproducción asistida, la ingeniería genética e incluso, en el futuro, la reproducción totalmente artificial y asexual. Entonces se hará presente el “mundo feliz”, el paraíso de la verdadera igualdad.


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