Cine y valores
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El indomable Will Hunting

(Gus van Sant, 1997)

Alberto Ribes

Consulta en el parque (Will H. y Sean McGuire)

Consulta en el parque (Will H. y Sean McGuire)

Una semana antes tuvo lugar la primera sesión de terapia en el despacho de Sean. Will se ve forzado a asistir a la consulta de varios terapeutas, a los que humilla porque no quiere que nadie le trate. Tras un tanteo crispado, en el que Sean intenta conectar con Will, y éste lo evita tratando despectivamente a Sean y buscando un punto débil en la personalidad de éste, la conversación se había centrado en un cuadro pintado por Sean: “-Cualquier puerto es bueno durante una tormenta”.

Will advierte que el cuadro expresaba el dolor de Sean acerca de algo que tenía que ver con su esposa y le ataca con alusiones despectivas (“-Te casaste con la mujer equivocada.”). Sean reacciona con violencia, pero no se rinde y concierta una nueva entrevista con Will. Esta tiene lugar en un parque, al aire libre.)

SEAN:

“Eres un crío. No tienes ni idea de lo que hablas. Nunca has salido de Boston. Piensas que por haber leído un libro sabes algo de la vida. Si te hablo de Miguel Ángel podrías multiplicar los datos acerca de él (…) Pero nunca has estado en la Capilla Sextina, has mirado hacia arriba y has contemplado ese techo. (…) Crees que sabes algo de las mujeres (…) Eres duro. Si te hablo de la guerra me citarás a Shakespeare…, pero no has estado en ninguna, ni has sostenido en tus brazos a tu mejor amigo mientras exhala su último aliento. Si hablas del amor, me recitarás un soneto.

Pero nunca has mirado a una mujer y te has sentido vulnerable. Nunca te has sentido reflejado en sus ojos y has pensado que Dios la puso en la tierra para concederte el privilegio de vivir con un ángel. No puedes saber lo que es perder a alguien porque no has amado a nadie más que a ti mismo. No sabes lo que es verla morir de cáncer, ni sostener su mano en el hospital durante dos meses porque los médicos han comprendido que contigo no iba eso del horario de visitas…

Te miro y veo un chaval creído, cagado de miedo. Eres huérfano, ¿no? ¿Crees que puedo saber algo de ti porque he leído Oliver Twist?... Si no me hablas y no me dices lo que piensas y lo que sientes, no puedo saber acerca de ti. Sin embargo, si quieres hablarme de ti, de quién eres, estaré fascinado. Pero te da miedo decir lo que sientes…

Tú mueves, chaval.”


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